(Des)Conocidos

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Que lindas caminatas son las que siempre tenemos, a la salida de la escuela siempre caminamos uno a la par del otro y jugamos a no pisar las líneas de las baldosas.

Trato de seguirte el ritmo por que sos mas alto que yo y usas eso a tu favor,  hago una pequeña rabieta y te reis, seguimos el camino y todo comienza a tornarse mas oscuro.

Tus pasos son cada vez mas rápidos, entonces me apresuro a seguirte, pero en un momento dado cambias la ruta de siempre...

Decís que es un camino mas corto y que te acompañe a comprar algo por un mercado cerca de aquel lugar 

Llevamos un par de pasos hechos y comienzas a jugar como siempre, estaba nerviosa pero nuestras burlas hicieron que me tranquilice, seguimos caminando hasta llegar a un puente sobre la carretera.

-Nunca había estado acá-

Dije con toda sinceridad, me asome a ver por debajo y las luces de los autos junto al anochecer hicieron mis ojos brillar

-Lo se, pensé que te gustaría ver esto antes de terminar- 

Dijiste tranquilo, no te entendí pero no tome atención

-¿Terminar que?-

-El camino, por supuesto-

Comenzó a anochecer, y empecé a preocuparme, ¿por que este camino se me hacia tan desconocido?

Trate de avisarle a mi mama que estaba con vos, para que no se preocupe, pero, no me dejaste, dijiste que estábamos por llegar

Finalmente ya era oscuro, al ser invierno oscurecía mas rápido, habían faros de luces encendidos en las veredas pero en estas calles solitarias casi ninguna alma pasaba

El nerviosismo volvió a aparecer, mis manos empezaron a temblar y las movía jugando, me viste de reojo y comenzaste a tocarme el hombro para empezar a empujarnos como siempre.

De a poco, aquellos pequeños empujones comenzaron a ser golpes mas fuertes, te dije que me estaba doliendo pero no paraste como solías hacer.

Me detuve en medio de la vereda solitaria por que el brazo comenzaba a arderme, solo paraste por que deje de caminar.

Pero te volviste a acercar, te pusiste enfrente mío y me agarraste ambos lados de la cara, me besaste pero no quería, intente alejarte pero no me soltabas, no tuve mas opción que golpearte y salir corriendo, no sabia a donde iba, no conocía el lugar al que me llevaste.

Corrí y corrí, hasta ya no verte detrás mío, me detuve a respirar, estaba agotada, hasta que pude ver a alguien a lo lejos, al mismo tiempo sentí tu voz detrás mío y volví a tomar rumbo hacia aquella persona.

Llegue lo mas rápido que puse, pero al momento de pedirle ayuda no me escuchaba,  le estaba hablando frente a su cara y ni siquiera me miraba.

Pude ver como te acercabas cada ves mas a nosotros, estaba aterrorizada, no sabia que hacer, quede paralizada.

En cuanto llegaste a nosotros, estabas agitado, parecía que habías visto un fantasma y le hablaste al chico al que le pedí ayuda.

-Mi amiga, ella... a ella la golpeo alguien en la oscuridad, esta herida, ayúdame-

No pude moverme, acaso no me veía ahí parada?, quise advertirle al chico, decirle que era mentira, que estaba huyendo de el, pero, al momento de querer tocarlo, mi mano lo atravesó, quede completamente helada.

No podía creer lo que me había pasado, lo que me habías hecho, caí al suelo rendida por el miedo, paso un tiempo y pude ver policías y una ambulancia llegando, junto con un amontonamiento de gente cada vez mayor a ver lo que sucedía.

No me moví ni un centímetro no hasta que alguien se paro junto a mi y me dijo que teníamos que irnos, no quería irme me negaba, hasta escuchar las palabras de un paramédico.

-Hicimos lo que pudimos, pero es muy tarde-

Entonces entendí, que nunca terminamos de conocer a las personas a nuestro alrededor, no importa cuanto tiempo nos conozcamos.


Jamás confíes en nadie

Historias del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora