Capítulo X

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Era difícil creer que la sonrisa de Kihyun fuera más hermosa de la que normalmente es. Al momento en que declaré mis sentimientos sus ojos parecían brillar, la comisura de su boca se alzó tan bellamente dejando apreciar su hermosa dentadura, una sonrisa genuina, una sonrisa que podría jurar que era de felicidad, es como si pudiera ver su alma a través de ella, me ha capturado de lleno, sabía que podría soportar cualquier dolor mientras esa sonrisa fuera para mí.

-Repítelo, por favor -Pidió cerrando sus ojos, pero sin borrar esa sonrisa de sus labios.

-Te amo, Kihyun -Repetí y un sentimiento totalmente nuevo nació en mí al sentir sus labios en los míos.

No fue un beso urgido como las anteriores, cargado de pasión o deseo. Era un beso tímido, intercambiando la tibieza de nuestros labios, de esos besos que esperas y te desconectan, embriagándonos del aroma del otro. Era un beso que me invitaba a quedarme, a abrazarme a él y no soltarlo, deseaba abrir los ojos y grabar cada detalle de su hermoso rostro, pero no quería perder la sensación de ser tan vulnerable a sus labios, a sus caricias, a su cercanía, a él. Era un momento tan único, tan valioso, nacido de una declaración y seguida de un beso.

-Quédate conmigo -Susurró separando nuestros labios suavemente.

-Pero si estoy contigo -Sonreí abriendo los ojos y buscando su mirada.

-Quédate conmigo, por siempre -Su voz salió en apenas un susurro, su semblante había cambiado un poco, sus cejas levemente fruncidas y sin esa dulce sonrisa le daban un aspecto un tanto suplicante, como alguien que pide un favor.

-Me quedaré, hasta que me pidas que me vaya -Acaricié sus mejillas y lo vi cerrar sus ojos.

-No tendré que usar el plan B -Suspiró y tomó mis manos entre las suyas.

-¿Plan B? -Se me escapó una pequeña risa -¿Qué es el plan B? -Pregunté curiosa.

-Secuestrarte, tal vez -Sonrió arqueando una ceja sutilmente -Encerrarte en un sótano -Jaló suavemente de mí acercando su rostro nuevamente -Encadenarte a mí...

-¡Kihyun! -Lo llamé que haciendo empezara a reír.

Tomó mi rostro nuevamente y mordió suavemente sus labios.

-Solo estoy bromeando -Dijo ladeando un poco la cabeza -Aunque tenerte encerrada conmigo no es mala idea -Su tono era sugerente.

-¿Como una prisionera? -Hice un leve puchero a lo que él sonrió ampliamente.

-No -Dijo halándome a su pecho -Serías mi amada, mi mujer.

El calor volvió a colocarse en mi rostro, ante aquellas palabras mis mejillas empezaban a arder.

-¿Aceptarás dormir conmigo en mi cama esta noche? ¿O prefieres el piso como la otra vez? -Dijo con un tono divertido en su voz.

-La cama estará bien -Contesté tratando de ocultar el sonrojo que se apoderaba de mí.

Dejamos la cocina y fuimos a preparar la habitación. Me causaba un poco de vergüenza cambiar las sábanas junto a él, más aún al recordar lo que habíamos hecho en esa misma cama. Kihyun caminaba de forma parsimoniosa por la habitación, cambiando las fundas o prendiendo la calefacción, en mi caso, mis manos empezaban a temblarme, no es que pensara que podría pasar algo más esta noche, no es imposible, pero es poco probable, aun así, la idea rondaba mi cabeza y permanecía.

-¿Crees que así esté bien? -Lo oí preguntar muy cerca, llevaba el control del acondicionador de aire en la mano.

-No es necesario, con otra manta y estaré bien -Contesté. A Jun-shi solía molestarle cuando colocaba la calefacción.

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