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Hyogo en otoño es hermoso. Podías ver cómo los arboles se teñían de colores cálidos y los pétalos de cerezo volaban por los aires.

Tantos recuerdos para Akali....

Pero causaban un dolor en su corazón.

Poner un pie en aquella ciudad era significado de peligro.

Tenía 8 años que no visitaba esa ciudad, pero al parecer una escuela de la zona había hecho un gran encargo de galletas y pastelillos por un evento de oratoria.

Cancion 3

En cuanto entrego el pedido se quería ir de inmediato. Pero a lo lejos logro ver a un niño de cabellos blancos con la mirada baja, jugaba nerviosamente con sus manos y parecía triste. En el fondo, algo le decía que no se acercara, pero el corazón noble de Akali hizo que tuviera la bondad de ir con el pequeño.

Hola pequeño ¿Estas bi-

Pero su mundo estuvo a punto de derrumbarse cuando el pequeño cruzó mirada con la mujer. Aquellos ojos marrones y los mechones blancos con tintes negros en las puntas que caían por su frente.

No, no podía ser.

—S-si, señorita.  Solo estoy nervioso....

Quería llorar, quería gritar de la emoción, quería abrazarlo.

—Abuela no pudo venir a mi recital y....papá dice que es absurdo qué presente un poema y no un discurso de líder... Yo no quiero decepcionarlo señorita pero...

Akali intentaba controlarse, hacia un esfuerzo interno de suprimir por completo sus emociones y actuar como si no tuviera una idea de quien era.

—¿Cómo te llamas?

—Shinsuke...Shinsuke Kita.

Tantos años sin verlo y porfin, la vida le había dado una oportunidad de verlo.

8 años sin su pequeño Shinsu. Era tan parecido a ella, las facciones de su rostro y algunos ademanes que hacia con su cuerpo eran de ella. Pero las marcas en su brazo, parecían de golpes, el pequeño las cubría con una de sus manos en cuanto sintió que Akali la estaba inspeccionando de pies a cabeza.

¿Eres...mi mellizo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora