Capítulo 1

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Hace unos años atrás, se había instaurado una nueva paz ninja entre las aldeas tras la victoria de la Gran Alianza Shinobi en la Cuarta Guerra. Por fin la enemistad entre las Grandes Aldeas había sido dejada a un lado, demostrando que podían cooperar juntos. O al menos eso era lo que la mayoría pensaba.

Para Sasuke, sabía que después del desastre que había dejado la Guerra, iba ser el primero a quien capturaran el Consejo, por lo que no le sorprendió que apenas tocará Konoha, ninjas de Élite lo esperaban para ser arrestado bajo las órdenes del Consejo. Él no pudo resistencia alguna, pues era consciente que se lo había buscado a mano limpia.

Le pusieron una máscara para cubrir sus dos ojos, uno con el Sharingan y el otro con el Rinnegan; así evitaban cualquier ataque por el chico, quien no se había mostrado agresivo desde que su pelea con Naruto. Sus manos fueron capturadas por unas esposas especiales que contenían un sello. En su brazo izquierdo, o lo que quedaba de el, fue cocido el corte abierto que había quedado, cubierto de una gaza medicada hasta que se cerrara bien la herida. Sakura podría haberlo curado al instante, pero el Consejo le negó recibir cualquier tratamiento especial para curarse.

Fueron días en los que no había visto ni una pizca de luz. Días en los que se quedaba en una celda a cargo de ninjas que juraban odio a su persona. La única vez que pronunció algo antes de su juicio, fue cuando Naruto lo visitó junto a Kakashi.

No sabía en qué estado se encontraba, pero debía haber estado tan mal para que Naruto soltara una exclamación de horror al verlo. Conocía que su amigo, aunque no lo pareciera, era muy sensible. Lo único que atinó a decirle para tranquilizarlo era que no dolía tanto las esposas y la máscara como aparentaba. A Kakashi sólo le preguntó cuando iba a ser juzgado y cuando recibió la respuesta, solo asintió.

La primera vez después de tantos días sin ver, fue cuando le quitaron la máscara ya sentado al frente del Consejo que lo iba a sentenciar. Conforme fueron pasando los minutos, estaba más que seguro que el Consejo de ancianos, no lo iban a soltar para nada. O iba a morir o iba ser esclavo para ellos. Cualquiera de las dos opciones iba a ser su muerte de seguro. Kakashi estaba a su lado para defenderlo, junto a Naruto, quien no se podía quedar callado.

Cuando volteó la mirada un poco, se dio cuenta que a su espalda, estaba su profesor de la escuela. No lo recordaba muy bien, pero parecía tenerle algo de aprecio como para lucir realmente triste por él. También pudo reconocer a uno de sus ex compañeros, el prodigio de los Nara, pero este se encontraba al lado de los tres Consejeros. Este lo miraba fijamente, con mucha seriedad, casi podría decir que odio, y la única vez que lo vio hablar fue cuando su sentencia fue modificada. No sabe si habló a su favor o en contra, pero logró que el Consejo cambiara su decisión respecto a él.

Fue cuestión de días para que partiera de Konoha como ojos en la sombra de los altos mandos de la Aldea.

Conforme fueron pasando dos años, su actividad como informante fue disminuyendo. Pocos días era donde mandaba su informe al ahora Hokage Kakashi. No encontraba nada de relevancia, pues fácilmente pudo detener cualquier movimiento de los pocos opositores de la paz. Sus visitas a la Aldea tampoco fueron largas, y se quedaba un poco más porque Naruto le ordenaba que no se fuera tan rápido. El chico rubio podía ser muy manipulador si lo dejabas hacer lo que quisiera. Tampoco es que se quejara por completo. Fue la única compañia que tenía, y de los pocos que aún le tenían aprecio.

Actualmente estaba vigilando algunos movimientos extraños en Iwagakure cuando recibió un mensaje de Kakashi después de mucho tiempo sin él reportarse. Se adentró en los bosques fronterizos y, en su refugio improvisado, de dedicó a leer con atención el pergamino.

No decía mucho, solo que era de urgencia que se reportara lo más pronto posible a Konoha, pues una emergencia estaba ocurriendo y lo necesitaba. Sin pensarlo mucho, esa misma noche salió en camino a su antigua Aldea, que se encontraba a un día y medio de trayecto.

CORAZONES LASTIMADOS / SASUGAADonde viven las historias. Descúbrelo ahora