La oscuridad de la cueva se cerraba sobre Gaara de una forma muy asfixiante. La luz parpadeante de unas antorchas apenas iluminaba las paredes de roca. El Kazekage permanecía encadenado en un rincón, sus manos sujetas por grilletes de metal con runas que suprimían su chakra. Apenas podía mover los brazos, empezó a notar una pequeña barrera que rodeaba todo el lugar donde estaba encadenado. Una técnica fuinjutsu bien diseñada le impedía manipular la arena, lo cual ya podía ser una desventaja pues era su arma principal. Cada vez que intentaba concentrar su chakra, sentía un dolor punzante que le recorría por todo el cuerpo. A pesar de la opresión física y mental, él no dejaría que su mirada no siguiera siendo firme y serena.
"Este lugar está preparado para neutralizarse por completo", pensó. El secuestro había sido calculado, planeado para mantenerlo completamente indefenso. Había mucho polvo y muy poca arena.
Un eco reverberó en las profundidades de la cueva, una puerta pesada se abrió, y observó como una figura salía de las sombras. Era un renegado del clan Yotsuki, reconoció, alto y musculoso, con una mirada cargada de odio que se posó sobre Gaara con intensidad. El hombre se acercó lentamente, sus pasos resonando en la piedra mientras su chakra vibraba, lleno de resentimiento.
-Gaara, Kazekage...- murmuró con un tono venenoso, inclinándose levemente para observar mejor el rostro del prisionero-. Nunca pensé que vería el día en que estarías arrodillado.
Gaara lo miró con indiferencia, como si las palabras de su, aparentemente, secuestrador, no pudieran afectarlo. Pero algo en el brillo de los ojos del Yotsuki le indicó que no estaba allí solo para obtener venganza rápida.
-¿Sabes por qué estás aquí, verdad?- continuó el Yotsuki, inclinando la cabeza de lado como si disfrutara del momento-. No solo quiero tu muerte. No, eso sería demasiado simple. Quiero que sientas lo mismo que yo: el vacío, la pérdida, el rechazo.
El Kazekage permaneció en silencio, su mente analizando cada palabra del enemigo. Aunque su exterior era una máscara impenetrable, por dentro sentía una leve inquietud. El Yotsuki estaba tocando un tema peligroso y familiar para él. Sentimientos que hace mucho había tratado de dejar atrás.
-¿Qué estás intentando?- preguntó Gaara, con su voz controlada. No iba a dejar que el otro percibiera ni una pizca de vulnerabilidad o inquietud.
El Yotsuki esbozó una pequeña sonrisa oscura.
-Realmente pensaba destruirte desde dentro, Gaara. Las heridas físicas sanan, eso es cierto, pero las del corazón... esas permanecen. Tú lo sabes, mejor que nadie creo yo.
Gaara sintió cómo sus propios recuerdos comenzaban a agitarse. Sabía a lo que se refería. Había superado muchas batallas, muchos enemigos... pero los sentimientos, las emociones... esas eran las difíciles de ganar. Aún así, se obligó a mantener la calma. El Yotsuki estaba jugando con sus emociones, y Gaara no iba a ceder tan fácilmente, no si podría evitarlo.
El otro se acercó más, hasta que sus ojos quedaron al nivel de los de Gaara.
-Yo conozco a cierto pelinegro. Ya sabes, cierto Uchiha que anda por ahí suelto. Si sabes de lo que hablo, ¿verdad?- dijo en un susurro cargado de malicia-. Te sorprenderías de cuánta gente mala te quiere ver caído y cuántos están cerca tuyo y ni cuenta. Pero de lo que me sorprendo más, es de la información que estos sueltan así no más.
Gaara empezaba a sentirse impaciente. No conocía de nada al otro chico, más allá de su origen, pero este parecía sobre todo de él, y una cosa que no le gustaba, para nada, es que empezara a dar vueltas en su pequeño "discurso de villano".
-Te refieres a Sasuke, claro está. Y deberías de saber que, como yo y los demás Kage, estamos al tanto de sus movimientos.- mentira, pero no tendría por qué saberlo.- También reconozco que tengo una lista de personas que no son completamente seguidores míos, por lo que si podrías ir al grano, evitarías todo este discurso de chico malo.
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CORAZONES LASTIMADOS / SASUGAA
FanficLa nueva paz entre las Aldeas había sido impuesta tras la victoria de la Alianza Ninjas sobre Kaguya. Sin embargo, no todos están de acuerdo con la nueva Alianza. Los ataques empiezan y nuevos grupos rebeldes se forman. Los primeros altercados comie...