Capítulo 8

30 9 9
                                    

Sasuke llegó finalmente a la entrada de la cueva donde el rastro de chakra de Gaara era más intenso. El ambiente era inquietantemente sombrío, y un aire denso, lleno de hostilidad, emanaba de las profundidades, como si la propia cueva estuviera viva, ansiosa por engullir a cualquier intruso. Un par de figuras encapuchadas aguardaban en la entrada, sus miradas fijas en Sasuke con una mezcla de desprecio y reconocimiento.

—Vaya, vaya, parece que un ninja de Konoha decidió unirse a nosotros— dijo uno de ellos, con un tono burlón—. ¿No te enseñaron a no meterte donde no te llaman, Uchiha?

Sasuke permaneció impasible, observando sus movimientos con los ojos afilados. No tenía interés en un intercambio de palabras innecesario. Activó su Sharingan, y sus ojos rojos analizaron cada detalle de los enemigos frente a él. Podía ver su inexperiencia, los puntos débiles en sus posturas y la vacilación en sus manos temblorosas. La tensión crecía entre ellos mismos.

Uno de los renegados finalmente decidió atacar, cargando hacia Sasuke con un jutsu de viento. La fuerza del viento desvió la arena a su alrededor, buscando atraparlo en una ráfaga afilada. Sin embargo, Sasuke lo esquivó con facilidad, deslizando su cuerpo con agilidad y lanzándose con precisión hacia el enemigo. En un movimiento rápido y letal, desarmó al renegado y lo dejó gravemente herido en el suelo.

El segundo renegado, visiblemente más nervioso que el anterior, intentó atacarlo desde atrás. Sasuke, anticipando el movimiento, giró su espada y desvió el ataque con una velocidad abrumadora, dejando al oponente atónito. En pocos segundos, Sasuke se deshizo de ambos enemigos, dejándolos tirados y gravemente heridos. Sin perder más tiempo, continuó su camino hacia el interior de la cueva.

Mientras Sasuke se adentraba en la oscuridad, Gaara se encontraba en una situación mucho más desesperada de lo que se esperaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras Sasuke se adentraba en la oscuridad, Gaara se encontraba en una situación mucho más desesperada de lo que se esperaba. Había perdido toda noción del tiempo y la realidad. En su mente, un caos de recuerdos atormentadores se entrelazaba, transportándose a los momentos más oscuros de su vida, en general. A través de un jutsu de manipulación mental, el enemigo había logrado atrapar su mente, forzándolo a enfrentar los recuerdos de la soledad y el rechazo de su infancia.

La voz de su captor resonaba en su mente, burlona y llena de veneno.

—Ay, Gaara... ¿dónde están ahora aquellos que decían respetarte? Sin tu Bijuu Shukaku, eres tan débil como cualquier otro ninja del mundo Shinobi— decía la voz, en un tono cargado de desprecio—. Uno entre millones. Kazekage... siempre has sido un monstruo para ellos, ¿cierto?— susurraba la voz, mientras las imágenes en la mente de Gaara cambiaban.

Las visiones que atravesaban su mente eran crueles. Vio las miradas de odio y temor de los aldeanos de Suna, sus intentos de acercarse a otros solo para ser rechazado y temido. Su respiración se agitaba, pero ese dolor se desvaneció cuando notó la presencia del pequeño niño con el que había sido secuestrado, su expresión marcada por el terror y desesperación.

CORAZONES LASTIMADOS / SASUGAADonde viven las historias. Descúbrelo ahora