Lee Felix es un chico de 17 años que esta escapando de una horrible pesadilla junto a su hermano menor, Jeongin.
Es entonces que su destino se cruza con el de Hyunjin, solo han cruzado dos palabras y se odian a muerte. Esto ¿Podría cambiar?
-Histori...
¿Podrían diez años de sufrimiento ser curados en la felicidad que tenían ahora?, se sentían seguros y sentían que nada podría dañarlos en ese lugar, ¿Habían otros tipos de sufrimientos y dolores que los hermanos Lee aún no habían probado?
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Exactamente a las seis de la madrugada el despertador de Felix comenzó a sonar sin parar, salió de debajo de las sabanas cubierto de sudor ya que tenía la costumbre o más bien mala costumbre de dormir completamente tapado.
Silenció el ruidoso aparato recordando que era su primer día de clases en una escuela de verdad, no en esos precarios salones de clases en el orfanato en donde la verdad poco y nada se podía aprender.
Se dirigió al baño para darse una ducha matutina, luego iría por Jeongin para despertarlo o más bien arrastrarlo fuera de la cama ya que su hermano no era fanático de las madrugadas.
Por otro lado estando ya desnudo y con el agua corriendo en la ducha, su hermano entro de improvisto, y recordó algunas marcas en su cuerpo que no se suponía que Jeongin debiera ver y ahora se encontraba en un gran problema.
—Hyung... — el menor palideció al ver el cuerpo de su hermano lleno de moretones, verdugones y correas marcadas en sus muslos. — ¿Desde cuándo? — pregunto con gran impotencia por no haberlo notado antes.
— ¿Acaso importa?— se cubrió con la toalla. – Ya no volverá a pasar, nunca más dejare que alguien toque mi cuerpo de mala manera, te lo juro Innie.
—Nunca dejare que alguien te vuelva hacer daño. — prometió. — Y si alguien lo intenta se las tendrán que ver con Lee Jeongin. – un poco de chispa en la mirada del menor le dijo al rubio que su pequeño había crecido y ahora estaba dispuesto a protegerlo también.
—Bueno mocoso rudo, me duchare y luego te toca a ti, y no te retrases quizá en que cosa, recuerda que somos nuevos. – le advirtió.
—Lo prometo, llegaremos a la hora.
El mayor siguió con su aseo personal, las marcas en su cuerpo ya casi no dolían pero si se notaban, y esperaba desaparecieran pronto o tal vez podría traerle algunos problemas no solo a él, sino que a Seungmin quien era actualmente quien se hacía cargo de ellos.
Termino en pocos minutos, Jeongin en cambio demoro al menos veinte minutos, pero ya ambos estaban con el uniforme puesto, pero su Tío aun tenia alguien a quien presentarles.
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