Lee Felix es un chico de 17 años que esta escapando de una horrible pesadilla junto a su hermano menor, Jeongin.
Es entonces que su destino se cruza con el de Hyunjin, solo han cruzado dos palabras y se odian a muerte. Esto ¿Podría cambiar?
-Histori...
—Claro. — aquello se sentía como un deja vu— ¿Qué quieres?
—Quiero pasar la noche contigo. — si, efectivamente aquello era un deja vu de la primera noche que durmieron juntos hace cuatro años atrás, cuando Hyunjin comenzó a juntar nuevamente sus pedazos y ahora era el quien juntaría los pedazos de Hyunjin.
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El mayor cayo dormido en el sofá, pero Felix no podía dejarlo allí así que lo arrastro sobre una silla con rueditas para dejarlo en su cama, la madrugada solo le trajo el suave resoplar de Hyunjin dormido y mil maneras de contarle todo lo que había pasado, sabia también que todo lo dicho por Hyunjin había sido con los efectos del alcohol en la sangre y que por la mañana el discurso podría ser distinto.
Cuando el sol ilumino la ciudad Felix recibió un mensaje de Jeongin diciendo que se juntaran en el centro para almorzar algo delicioso, también decía que había pasado una noche perfecta con Chan, para Felix había sido una noche de mucho cansancio, tenía el presentimiento que a pesar de que aún había amor entre él y Hyunjin las cosas no serían fáciles, en su vida las cosas nunca eran así. Se preparó un café esperando que el rubio apareciera en la sala, aunque la verdad tampoco quería que llegara el momento de enfrentar a Hyunjin totalmente sobrio.
—Buenos días. — escucho tras él, se giró para mirar a un despeinado Hyunjin estirándose.
—Buenos días. — Respondió sintiendo un nudo en su garganta. — ¿Cómo dormiste?
—Bastante bien, tu cama sigue siendo más cómoda que las demás. — comentó y luego recordó que Felix estaba a su lado cuando él se había dormido. — Tu... ¿Cómo dormiste?
—Bien... — sorbió un poco de café para luego acompañar esa mentira con una falsa sonrisa. — Bastante bien.
—Mentiroso. — Afirmo el mayor — Creo que perfeccionas mentiras con los años, solo que a mí no puedes mentirme, Lee Felix. — dijo casi con orgullo.
—No dormí, esa es la verdad. — aceptó y de paso contaría el por qué no había pegado pestaña. — Luego de que te dormiste te deje en mi habitación y pensé que no necesitabas verme de inmediato apenas abrieras los ojos, la rabia y la pena por una ruptura no se pasa en una noche, eso yo lo sé, además amándome o no... sigues teniendo novio y amanecer con otro tipo al lado seria traición.
—Eso es un poco inconsecuente dado que anoche nos besamos y dejaste que me durmiera en tus brazos. — Felix asentía pues sabía que era verdad todo lo que el rubio decía. — Pero tienes razón, la pena y la rabia no se pasa en una noche, tú me debes muchas explicaciones aun, en este momento el amor no borra todo eso si no sé por qué fui abandonado y respecto a mi novio... creo que debo contarle algunas cosas que he estado evitando.
