Lee Felix es un chico de 17 años que esta escapando de una horrible pesadilla junto a su hermano menor, Jeongin.
Es entonces que su destino se cruza con el de Hyunjin, solo han cruzado dos palabras y se odian a muerte. Esto ¿Podría cambiar?
-Histori...
—Felix... — estaba desmayado en el suelo sin señas de estar respirando correctamente. – No es chistoso baboso, respira. – Pero nada ocurría, Felix comenzaba a tomar un tono azul en la piel. — No me hagas hacerte respiración, no seas así. — lo zarandeaba de lado a lado y aún no había respuesta, miro para todos lados pero nadie se encontraba allí, el chico no respiraba y si no le daba respiración de boca a boca quizás jamás volvía a despertar o esa idea se formó en la cabeza siendo preso del pánico. — Si te salvo te hare recordar esto de por vida... — susurro antes de proceder.
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Hyunjin seguía debatiéndose en darle respiración boca a boca a Felix, si mal no recordaba eso se le hacía a personas con agua en los pulmones y él estaba seguro que el rubio no había caído al agua y tampoco se había ahogado bebiendo refresco... De hecho ¿Era eso siquiera posible?, inconscientemente relamió sus labios y cuando su nariz rozo la de Felix este dio un brinco chocando con Hyunjin haciendo que el más alto comenzara a revolcarse de dolor y sangrara, ya que le había dado en plena nariz.
— ¿¡Que ibas hacerme, animal!? — se levantó del suelo mirando a Hyunjin quien parecía que se iba a desangrar segundo decía entre sus gritos dramáticos.
— ¿Y a ti que carajo te paso? ¿Acaso eres Narcoleptico o solo idiota? — Miro sus manos con sangre y dio un pequeño grito ahogado — Si me rompiste la nariz, juro que te dejare sin descendencia por la patada infernal que te daré en los huevos. — amenazo aun tratando de parar el sangrado de nariz.
—Debo decir que me sorprende que sepas que es la narcolepsia o que siquiera tengas esa palabra en tu escaso vocabulario de cromañón. — dijo sentándose con tranquilidad en el suelo. — Y segundo no alcanzarías a siquiera levantar el pie cuando te tendría comiendo tierra del suelo.
—No soy ignórate, estúpido. — Se levantó del suelo — ¿Así que me dejaras comiendo tierra? — se le acercó para halarlo pero Felix le golpeo la mano muy fuerte impidiéndoselo.
—No me toques, no te atrevas. — lo miro asustado con los recuerdos de las cosas tan terribles que le había hecho en el orfanato. — Aléjate de mí.
—Relájate cara de muñeca, no seas grave, no voy hacerte nada. — Había parado de sangrar y gracias a todos los cielos su nariz estaba intacta. — ¿Qué tipo de imbécil raro eres?
—Vienes con la intención de hacerme daño, no voy a dejar que me toques. — retrocedió tropezando con sus propios pies. — Solo no te me acerques.
—Estas completamente loco... — se dio media vuelta para marcharse, pero aún tenía la duda de porque Felix se desvaneció en el suelo de repente – ¿Podría saber por qué te desmayaste?— pregunto mientras enjuagaba sus manos en la fuente de agua del parque.
—Cansancio físico y mental, creo que lo único que puedo agradecerte es que tu perfume sea tan fuerte que me despertó. – recogió su mochila que había quedado tirada a unos centímetros de ellos.
