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― ¡Chicos, vengan a comer! ―

La voz de Glam se hizo resonar en la habitación, los quejidos de Heavy no se hicieron esperar y se levantó desganado para mover suavemente a ___ intentando despertarla.

― ¿Qué pasa?... ― Dijo ___ tallando sus ojos sin saber que sucedía, se sentó en la cama y miró a Heavy con una sonrisa tranquila.

― Despierta dormilona, mi padre nos llamó a comer. ―

― Está bien, ¿Quieres que te preste ropa? ―

― ¿Tienes un pantalón de mi talla? ―

― Por supuesto, aún conservo ropa que es de tu talla, ¿No te fijaste? ―

Heavy le dió un pequeño beso en los labios y se levantó acercándose al armario revisando dentro de este hasta encontrar un pantalón de su talla mientras era observado por la cansada chica.

Una vez ambos se vistieron fueron a la mesa y se sentaron uno al lado del otro, el pelirrojo se sintió nervioso al ver las miradas amenazadoras de parte de su hermano y padre, ambos rubios estaban celosos y los miraban con aquella mirada penetrante.

― Bueno, Glam, Dee. Cálmense, lo más probable es que estos dos tortolos hayan culeado y no tiene nada de malo. ―

Victoria habló mientras comía, a ella le molestaba como esos dos se ponían tan amenazadores.

― Además, Glam, Heavy ya está grande como para que vayamos a prohibirle eso, tiene suficientes pelos en los huevos como para saber todos los problemas que conlleva un embarazo. ―

― Tienes razón Vicky, lo siento Heavy. -

― No pasa nada, papá, es entendible. ―

― Bien, ahora coman, deben de haber quedado cansados anoche. ―

Mencionado eso, ambos jóvenes comenzaron a comer incómodos, la tensión hacía sentir bajoneada por la sensación de ser vigilada de manera tensa, mientras que Heavy solo evitaba la conversación.

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Rato después la familia se encontraba viendo televisión, esta vez Dee y ___ estaban abrazados mientras reían y miraban el teléfono del rubio mencionado, se encontraban viendo edits de My Little Pony y ciertas series de anime.

El pecoso se sentía orgulloso de tener a ___ todo el tiempo que quisiera para pasar con esa chica. Era como un logro para él, lo cual, era malo hasta cierto punto porque no la veía siempre como una persona, sino como un juguete.

― Bueno, creo que ya es hora de irnos, Glam, Heavy, recuerden que ___ debe ir a trabajar mañana, así que no podemos quedarnos otro día. ―

Victoria habló con su voz carismática y fuerte. Seis y media de la tarde, definitivamente debían irse o llegarían muy tarde a casa. Se levantaron y despidieron de los jóvenes para irse de de la casa dejando que el silencio invadir todo alrededor.

― ¿Y bien? ―

― ¿"Y bien" qué? ―

― ¿Qué hay entre tú y el imbécil de mi hermano? ―

― ¿Debería de decirte? ―

― Claramente debes de decirme, no quiero la sorpresa de que salgas embarazada. ―

― Dios, suenas como mi padre. ―

― ___, no estoy bromeando. ―

― Yo tampoco bromeo, no sé porque te importa tanto mi vida si siempre fuiste un hijo de la re mil. ―

― No insultes a mi madre, ella es una mujer grandiosa. ―

― Claro, como esa tal "Lif". ―

― No menciones a mi amiga. ―

― Oh, claro. ¿En serio crees que es tu amiga? ―

― ¡Por supuesto que lo es! ―

― Bien, bien. Lo que tú digas. ―

― ¿Quieres saber por qué me preocupas? ―

― ¿Por qué? ―

― Porque te amo y necesito saber que estás bien. ―

― Oh Dios... ―

― Y he tratado de decirlo más de una vez pero siempre soy interrumpido por algo o por alguien. ―

― Ay, Dios mío, detente... ―

― Nos conocemos hace demasiado y ha sido algo muy significativo. ―

― Dee... ―

― Quiero estar contigo el resto de mi vida. ―

― Dee. ―

― Tener un perro y dos hijos. ―

― Dee. ―

― Quiero darte todo mi amor y afecto. ―

― ¡Dee me cogí a tus padres y a tu hermano no jodas! ―

― Tú... ¿Qué? ―

― Dios, Dee, no es que no me gustes, es solo que no me siento bien saliendo contigo, me cogí a tus padres. Sobre todo a Heavy que es mi exnovio y mejor amigo. ―

― ¿Cómo te cogiste a mis padres? ¿No que te gustaban solo los hombres? ―

― No, yo le doy a todo, además, tu madre es muy. ―

― No menciones nada de eso. ―

― ¿Entonces? ―

― Estoy dispuesto a enamorarte. ―

― ¿En serio? ¿Cómo? ―

― No lo sé, pero lo lograré. ―

― Bien, cuatro meses para intentarlo. ―

― Reto aceptado. ―

― Perfecto, ahora ven y cómeme a besos rubiecito. ―

Dicho eso el de ojos celestes se abalanzó sobre la chica y comenzó a besarla con pasión jugando con su lengua mientras la toqueteaba por su hermoso cuerpo.

Se acomodaron en el sofá mientras sus entrepiernas se frotaban mutuamente al ritmo más seductor y candente posible dejando salir gemidos de parte de ambos, en eso el chico se sentó y puso a la hermosa mujer sobre sus piernas para llenarla de besos y mordidas leves en su cuello y hombros, no dejaría que nadie más se la quitara, era suya ante sus ojos.


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Yo sé que lo disfrutas perra sucia

- No es cosa de jóvenes (T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora