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Me miraba al espejo y solo podía observar los kilos de maquillaje que me había colocado, para que esos horribles moretes no se notarán en lo absoluto, era casi capaz de decir que había tomado un curso de maquillaje para poder ocultar a la perfección todas esas marcas.

Jaehyun hacia poco que se había ido a trabajar, yo por mi parte tenía que ir al supermercado a hacer otras compras, y después regresar a casa y trabajar desde ahí.

La brisa y el aire frío golpeaban mi cara, los días así me gustaban, me transmitían tranquilidad si es que podía tener algo de eso. Mucha gente caminaba por todos lados, algunos con sus parejas que parecían ser felices.

Y yo me preguntaba, ¿como era la felicidad? Cada pareja que veía era sonriente, en cambio cuando yo salía con Jaehyun mi mirada siempre estaba en el suelo, porque si miraba hacia arriba o cruzaba mirada con un desconocido, era un castigo más.

¿Que tenía que hacer para que Jaehyun me dejara en paz? ¿Tenía que dejarlo o simplemente no debí estar con él desde el inicio? Era tan tonta por haberme dejado atrapar en su vil trampa, quería mi vida de vuelta, porque aunque se que estoy físicamente, no me siento presente.

Jaehyun me había quitado las ganas de todo, de sonreír, de vivir, mi felicidad, y aunque en un principio él lo era todo para mi todo había cambiado desde aquella fiesta que determinó su primer ataque, si tan solo lo hubiese detenido, nada de esto existiría ahora.

* * *

En la escuela trate de evitar a Jaehyun, no lo había visto desde que llegué pero por si estaba no quería verlo, BoMi tenía una ligera sospecha pero sólo le dije que habíamos peleado pero que no era nada grave.

Mi día transcurrió con bastante normalidad, en ningún momento divisé a Jaehyun lo que indicaba que no había asistido a la escuela y eso era mejor para mi, posiblemente tendría una resaca terrible.

Al término de clase Yuta y BoMi se fueron juntos ya que al parecer tenían una cita, creo que los consejos habían servido bien para Yuta y eso me alegraba, se veía una gran persona y esperaba que ambos fueran felices.

Esta vez camine a casa, no tomaría el autobus ya que quería caminar un poco, no sabía que iba a ser el día de mañana si lo veía a él, tenía miedo que su comportamiento fuera igual o incluso peor, tenía que pensar que decirle a BoMi cuando una situación así sucediera de nuevo.

—Seohyun—

Me gire y ahí estaba él, parado y solo mirándome, mis nervios subieron por todo mi cuerpo y por instinto cubrí mi cuerpo y retrocedí

—No, por favor no—

—Linda no te haré nada, tranquila—

—No me vayas a pegar por favor—

—No no, mi amor no temas, prometo que no te haré nada—

Jaehyun se acercó y cruzó un mechón detrás de mi oreja, yo aun sentía demasiado temor y debido a eso no pude evitar dejar que las lágrimas salieran de mis ojos.

—¿Que quieres Jaehyun? —

—Hablemos, por favor hagamoslo—

Dude un poco pero después asenti, Jaehyun tomó mi mano y camino conmigo a mi lado, no sabía a dónde íbamos pero esperaba que no fuera su casa o algún lugar solo.

Pará mí sorpresa sólo fue unos cuantos metros de donde estábamos pero sólo nos alejo un poco de las personas que habían a los alrededores.

—Lo lamento mucho, no se que me paso pero te juro que no pasará de nuevo—

—¿Y si vuelve a suceder?—

—No cielo, juro que no, se que te hice daño, estaba ebrio y me deje llevar demasiado por el enojo pero jamás pasara otra vez—

Me mantuve en silencio solo analizando sus palabras, no sabía si confiar en él después de eso, tenía una pizca de inseguridad.

—Necesito tu perdón—

—Bien..—

—Gracias, en verdad gracias—

Jaehyun me abrazo y se mantuvo así unos pocos segundos, luego se separó y acarició mi mejilla, que dolía un poco pero no tanto para gritar de dolor.

Si tan solo ese día no lo hubiese otorgado mi perdón, este infierno no habría comenzado


𝑷 𝑺 𝒀 𝑪 𝑯 𝑶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora