3

7 2 0
                                    

Es un vacío, pero uno tan profundo que no sé cómo salir de ahí.

Es jodidamente horrible sentirse presionado por todo lo que te rodea; cada vez estás más solo, sientes que por momentos la respiración se te detiene, no tienes fuerzas suficientes ni para mover un solo músculo de tu cuerpo.

Una sensación que no le deseo a nadie.

No puedes respirar.

No puedo respirar.

Si no haces algo para respirar, morirás.

Morir.

Tus ojos se adormecen, no puedes inhalar aire porque sientes una gran presión en el pecho.

¿Y si dejo de respirar?

Tu corazón no podrá bombear la sangre llena del oxígeno que deberías inhalar y morirás.

Morir.

Sí, morir.

Ese pensamiento pasa mil y unas veces por mi cabeza mientras noto con aún más fuerza esa presión en el pecho que antes mi mente me mencionó.

Tic, tac. Tic, tac. Pronto vas a morir. Encuentra una solución rápido o tu tiempo se agotará por completo.

Morir.

Sí, ¡morir! Date prisa, el tiempo corre. El tiempo es tu enemigo, recuérdalo. Tic, tac. Tic, tac.

La presión en mi interior no aumenta, pero tampoco mejora. Siento que muero.

Sientes eso porque te está pasando, estás muriendo.

¿Me muero?

Sí, te mueres. Tic, tac. Tic, tac.

Eso es lo único que resuena por mi cabeza. Tic, tac. Tic, tac.

Se acabó el tiempo. Fin.

A flor de pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora