Capítulo 3

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- ¡Ah! ¡¿QUÉ?! ¿QUÉ PASÓ? -la tortuga mordedora se reincorporó con brusquedad aturdido por el llanto de las tortuguitas-Ay, no quise asustarlos sh sh sh, hey- Rafa fue a encender las luces y regresó- ¿Qué tienen? ¿hambre? deben tener hambre, no tengo nada en este momento-explicaba con nerviosismo, aunque no le entendiera, Mikey dejó de llorar un segundo, pero sus labios temblaban y seguía con el ceño fruncido-calma, calma, iré por comida ¿sí? – limpió las lágrimas en sus mejillas y sonrió, parecieron calmarse un segundo…y luego siguieron llorando, sip, mejor apresurarse, Rafa tomó su capa, su bolso y escaló por las paredes hasta la superficie.

Era de día y de día es cien veces más difícil ocultarse.

- ¿Qué le podría gustar a unas pequeñas tortugas? … Pizza ¿A quién no le gusta la pizza? - hablaba consigo mismo, una costumbre que tenía muy arraigada, siguió su camino apresurado, tomó todo lo que pudo, todo lo que encontró en (más o menos) buen estado y fue poniéndolo en su bolso.

-Wow, amigo, mira a ese tipo ¡es enorme! -escuchó una voz a sus espaldas, sin siquiera voltear a ver de quién se trataba escapó y regresó a las alcantarillas. Cuando llegó Mikey se había caído del colchón, Leo intentaba alcanzarlo desde arriba y si Donnie no le sujetara las piernas ya se habría caído también, Rafa soltó sus cosas y recogió al pequeño preocupado, por suerte no parecía herido.

-Traje comida-suspiró-tengan-puso las semi decentes sobras de pizza frente a las tortuguitas-coman, esta es mi comida favorita, tal vez esté un poco duro y frio, pero esta rico. Les prometo que encontraré la forma de conseguir algo mejor-Mike fue el primero en dar bocado… y le encantó :D, los otros dos no tardaron en seguirle-oooooooooow, son unas cositas tan bonitas y chiquititas-habló enternecido, Rafa también comió su parte, hirvió agua, esperó que se enfriara un poco y les dio un baño;

- ¿De dónde vienen? ¿Qué pasó con sus familias? -la tortuga de rojo dejó a los pequeños en un cuenco con el agua tibia, apoyó un brazo en el borde y su cabeza sobre el mismo, los veía chapotear en el agua sin ninguna idea de lo que decía, tan inocentes, como podría alguien abandonar a tres cositas tan tiernas, un rato después los sacó del agua y los secó con cuidado, está consciente de su fuerza y no quería hacerles daño-calma Mikey, te vas a caer-dijo tomando a la pequeña tortuga antes de que cayera (otra vez)- tienes mucha energía- Mikey se reía a carcajadas disfrutando del paseo aéreo.

- ¡A-pa!

-…-si conocen el sonido que hace una tetera cuando el agua hierve? bueno, ese es exactamente el sonido que escapó de su garganta-aaaaaay, cosita, a ver, di: Papá

-abá

-Sí, abá, cosita hermosa- lo bajó de regreso a la cama porque no quería apretarlo de la ternura-uy, te quiero comer.

Leo y Donnie se miraron entre ellos, Sip, no entendían al gigante rojo…

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-shshshsh, silencio, es peligroso hacer ruido- no le quedó de otra más que llevar las tortuguitas con él a la superficie, temía que si los dejaba solos volverían a caerse del colchón, o peor, de la tubería (y esa es una gran distancia hasta las turbulentas aguas del drenaje) al menos hasta que fueran un poco más grandes-veamos ¿Qué hay por aquí? – Rafa registraba un contenedor de basura en un callejón algo cerca de la calle, podía escuchar el bullicio de los autos, sintió unos leves hipidos en su pecho (donde llevaba a las tortuguitas) - ¿Qué pasa? hambre, sed, baño, tal vez tienen frio…-observando mejor, Donnie se tapaba la cabeza con sus bracitos desesperadamente, Leo lo abrazaba, él y Mikey se refugiaron cerca del mayor- ¿es el ruido? -a pesar de sonar como pregunta era más una conclusión-ya, ya, calma-Rafa acarició un poco a sus cachorros y subió a los tejados donde el ruido no sonaba tan fuerte- ¿mejor? bien.
Rafa corrió por las azoteas, nuevamente, siguiendo su olfato…si, les prometió a las tortuguitas conseguir mejor comida, ¿pero que podía hacer? no es tan fácil, se detuvo a descansar y por su vista se cruzó un solitario repartidor en motocicleta, era el único vehículo que rodaba ese barrio en Queens a esas horas de la noche.

-…No, es una muy mala idea Rafa- se regañaba a si mismo, por su cabeza pasó la idea de robar, aunque sea una, de las deliciosas pizzas recién hechas que llevaba el joven, bajo la vista hacia las tortugas…una y ya-… ¿que estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo? -se repetía en su camino, le seguía de cerca sin ser visto. cuando al fin se detuvo a entregar una de las cajas a su destinatario Rafa aprovechó, con gran sigilo sacó la caja de mas arriba de la pila, el repartidor seguía de espaldas, y se escabulló.

-uuff, eso fue peligroso jeje- sentía que el corazón le latía a mil por hora, era de esperarse, Rafa prefiere ser un niño bueno-creo que eso fue suficiente por hoy ¿no? vámonos de aquí.

Tres Pequeños ProblemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora