Musutafu, Japón
03 de DiciembreLa mañana transcurrió de manera tan efímera que Yuuki Harada ni siquiera fue capaz de notarlo. Esto debido a que toda su atención estaba dirigida en una libreta de apuntes que había llenado de toda clase de ideas durante el último par de semanas.
Ahora mismo, el lápiz que tenía sujetado con sus dedos se hallaba moviéndose de un lado a otro sobre la hoja de papel, trazando una serie de líneas concisas que pronto tomaron la forma de un individuo realizando una pose heroica.
Tan solo con verlo, era evidente que Yuuki se había inspirado en algunas de las viejas historietas que leía de niño y que, en este momento, eran parte del desorden que le rodeaba en su habitación.
De cualquier forma, tomando un par de lápices de colores de su escritorio, pintó su dibujo hasta satisfacerse por completo. Más que nada, debido a aquel símbolo en el pecho que improvisó de último segundo, el cual le daba una identidad propia.
Con total seguridad, podría decir que era el diseño que más le había agradado entre todos aquellos que se encontraban en las páginas anteriores. Por lo que, tras dejar los lápices a un lado, cerró dicha libreta y se levantó de la silla de escritorio.
Tan pronto como hizo esto, recibió una gélida brisa desde la ventana que había dejado abierta con anticipación, obligándole a cerrarla dado su poco agrado al frío.
Este descenso de temperatura no era de extrañar cuando faltaban solo algunas semanas para el invierno, y aunque no era su estación favorita, siempre le levantaba el ánimo ver las calles repletas de nieve. Desde la lejanía, claro esta.
Dejando a un lado lo anterior, Yuuki se devolvió hacia la mesa de noche cercana, para tomar la grabadora de voz que se había convertido en una aliada indiscutible al permitir recordar lo más importante de su día a día. Y más ahora que su vida se había vuelto —con justa razón— extraordinaria.
Tal como si fuera un niño, dio un animoso salto hacia la cama para quedar boca arriba, clavando su mirada en el techo mientras oprimía el botón de encendido.
Y a continuación, dejó fluir las palabras que escaparon de sus labios:
«—Estos últimos días han sido en verdad alucinantes. De tantas maneras que me cuesta creer que estoy en la misma realidad en la que vivía previo al accidente. Si bien, las fantásticas habilidades de héroes profesionales son de lo más ordinario de ver, jamás llegué a imaginar que yo sería capaz de hacer algo igual de increíble.»
Aún podía recordar a la perfección el instante en el que fue golpeado por aquel rayo en StarLabs, en medio de la confusión y el pánico que trajo consigo. Le vino a la mente como en esos segundos creyó que iba a morir sin poder hacer nada para evitarlo. Pero la sorpresa no fue el haber sobrevivido de manera milagrosa, sino despertar con la llave que le abría las puertas a un mundo fantasioso.Es decir, ese tipo de aventuras eran propias de aquellas personas afortunadas que asistían a las academias de héroes para dedicarse a dicha profesión. Sin embargo, los acontecimientos que había vivido tras despertar del coma parecían sacados de una historieta de la época pasada, cuando los héroes y las habilidades sobre-humanas eran parte de la ficción misma.
Fue así como, tras hundirse más y más en sus pensamientos, el muchacho continuó hablando:
«—De un día a otro, sin pedirlo ni esperarlo, obtuve un poder que me permite moverme a supervelocidad. Aunque, decir este término suena como una auténtica simplificación de lo que en realidad consiste.»
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Flash Of Lighting
Fanfiction«Y entonces apareció: versátil, de sutil ingenio, espía de la noche, vigilante de las puertas, que rápidamente realizaría gloriosas gestas ante los ojos del mundo.» (...) Yuuki Harada es un adolescente más en un mundo donde la mayoría de las person...