𝑻𝒂𝒅𝒂𝒔𝒉𝒊 𝑴𝒂𝒕𝒔𝒖𝒅𝒂

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Musutafu, Japón
20 de Noviembre

El inconfundible motor de un helicóptero rompió con el silencio de la medianoche. Enseguida, sus aspas comenzaron a disminuir al llegar al área céntrica, en donde debajo permanecían las instalaciones de StarLabs que fueron clausuradas hace un mes debido al accidente que conmocionó a toda la ciudad.

No obstante, la influencia del propietario mayor de aquella compañía fue suficiente para hacer que un equipo a su mando obtuviera los permisos de adentrarse en la zona. Con esta controvertida decisión, no cabía duda de que Lex Luthor era uno de los hombres más poderosos en la faz de la tierra.

El helicóptero se posicionó justo encima del edificio principal, divisando un punto de acceso que los miembros del equipo a bordo no pasaron por alto. De esta forma, el escuadrón compuesto por tres hombres y una mujer descendió del vehículo con ayuda de los arneses de seguridad.

Los mencionados portaban uniformes especiales, con una visible insignia en la zona del pecho que revelaba el nombre de la organización de la que eran parte:

«Cadmus»

Tras dejar al grupo con éxito, el helicóptero se elevó para apartarse del área roja. Al fin y al cabo, tenían ordenes de que la expedición en curso fuera lo menos llamativa posible, ya que no deseaban tener más problemas con el gobierno nipón.

A continuación, el cuarteto se adentró en el edificio, siendo guiados por uno de los miembros que había formado parte del personal de StarLabs en el pasado. Por esto mismo, era consciente de que muchas entradas estaban bloqueadas y debían tomar una ruta alternativa para llegar al vestíbulo principal.

Así, el equipo atravesó los pasillos repletos de escombros y restos de cableado, tratándose de elementos que hacían énfasis en las consecuencias que dejó la extraña ola de energía en cada rincón de la infraestructura.

Por suerte, lograron llegar al vestíbulo principal en tan solo un par de minutos, sin tardar mucho en detenerse para hacer un rutinario análisis de reconocimiento en la zona.

El lugar pronto fue iluminado por las linternas del cuarteto, en búsqueda de algo que fuera de su interés. Mientras tanto, el líder de equipo se alejó del resto de sus demás para entablar comunicación remota con la ayuda de un dispositivo integrado en su traje.

—Central, aquí Miura —exclamó, revelando su nombre—, hemos llegado a la zona y empezaremos la misión en breve.

La respuesta no se hizo esperar y una voz fue escuchada a partir de aquel mismo dispositivo, que provenía del personal encargado de las comunicaciones en Cadmus.

—Recibido. A partir de ahora tienen cincuenta y nueve minutos para terminar el trabajo y salir de ahí —explicó el operador, activando un cronometro desde el sistema—. No olviden que el señor Luthor necesita la información lo más pronto posible.

—No hace falta decirlo —espetó Miura, sarcástico—. Recuperaremos los datos y contactaré al helicóptero cuando se requiera la extracción —dijo para finalizar—. Cambio y fuera.

Sin perder más tiempo del que disponían, se giró hacia donde se encontraban los demás miembros del equipo para dar las indicaciones pertinentes.

—Muy bien, escuchen —les llamó—, tenemos menos de una hora para recoger las evidencias de lo que sea que haya sucedido aquí —comenzó a explicar, bajo la atenta mirada del resto—. Ya saben que hacer: Kurosawa nos guiará al lado de Itō. Mientras, Katō y yo cubrimos sus espaldas.

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