No tienes idea de lo que ella es capaz

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El concepto del tiempo es una de las cosas más curiosas que el hombre ha inventado alguna vez, porque, ¿qué es un segundo para la Tierra? Nosotros lo medimos a manera de minutos y años, vidas y generaciones, siglos y milenios, pero, ¿cómo calculas la duración del día en el que sabes que vas a morir? Sobre esto y mucho más reflexiono mientras ando al acecho por los muchos callejones olvidados de la ciudad, siempre vigilante y buscando al hombre que parecía haber nacido de la obscuridad misma. Había pasado el día razonando las áreas que era más probable que habitara, sumergiéndome en las profundidades de la mente de un asesino capaz de horrores impensables.

Después de una gran jornada de esfuerzos sin resultados, el sol comienza a menguar a cada paso, junto con mis esperanzas de encontrar al hombre al que he llamado El Actor. Un callejón sin salida lleva a otro en una monótona cadena que lenta pero seguramente me agota y amenaza con extinguir la latente ira que me mantiene en búsqueda de la venganza. La noche cae y la desolación de mi cacería está a minutos de sujetarse por completo a mi alma cuando veo una sombra al otro lado del callejón, ante mí. No la habría notado de no ser por la remota pero orgullosa luz de linterna reflejándose en la hoja expuesta de su arma; el cuchillo que me acechará por siempre. Seguramente estaba afuera para apagar su sed de sangre una vez más esta noche, sin embargo, ya se sabía que el cazador se había convertido en la presa.

Avanzo a través del laberinto de piedra tras él con precaución y resolución, sabiendo muy bien que perder el elemento de la sorpresa significaría conocer mi perdición. El hedor a sangre sobre él era tan repugnante que provocó que se me revolviera el estómago, pero aún así me acercaba más y más. No fui criado en el bosque solo para ser asustado por un búho. Nos estrellamos como bestias salvajes atrapadas en el frenesí de un combate a muerte, danzando con la muerte misma. Un dolor agudo y ardiente recorre mi espalda cuando pierdo mi paso, pero claramente él no lo pierde. Querido Dios, ¿qué he hecho? Trato de reunir la fuerza para levantarme antes de que termine conmigo, pero mis extremidades se sienten muy pesadas, e inmediatamente después, paralizadas. Pronto, la obscuridad sofocante comienza a dar lugar a un brillo nebuloso en mis ojos. Mis pensamientos son un desorden enmarañado incapaz de darle algún sentido a algo.

De repente, una voz resuena en la noche, la suave y tranquilizadora voz de una mujer con una lengua de miel. Nunca, ni por un segundo dudé sobre la propietaria de una voz tan angelical; se trataba de la de mi amada Annabel. "¿Cariño? ¿Querido?" Susurra. "Date la vuelta. Soy yo. Sigue mi voz. Todo va a estar bien, mi amor. Todo va a estar bien. Ya todo ha terminado." El sonido de su voz despierta a mi mente una última vez. Permanezco vivo lo suficiente para encontrar que estoy parado en mi habitación, mirando hacia el mismo espejo que me había llevado a creer que había matado a mi amada. Todo estaba igual a como había estado aquella noche en la que Annabel murió, con una pequeña excepción: Annabel no yacía sin vida en la cama. El espejo me había revelado su más profundo secreto. Ahí estaba ella, mi dulce Annabel, cubierta de sangre parada detrás de mí, retorciendo la cuchilla que había hundido en mi costado. Le había prometido el mundo y la decepcioné. La obscuridad regresa y no volveré a ver este mundo otra vez.

The Emptiness (Saga Alesana #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora