04. Marta no me abandones (Reprise)

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Capítulo Cuatro
Marta no me abandones (Reprise)

No me gusta esta costumbre de empezar los capítulos de mi vida pasando chismes con Marta. Es denigrante para la integridad de mi persona rebajarme a la costumbre de la vieja Doña Marta con los chismes.

Por lo tanto, el lunes a la primera hora intento parecer no interesado en absoluto por enterarme de que le había contado Matt. E intento tampoco parecer interesando de que hacían Doña Marta y Don Matias pasando chismes un domingo por la tarde.

Ven que cuando no estoy nervioso soy una persona muy digna y con un sentido del humor rescatado.

Además, todavía estoy enojado con Marta, así que por lo menos le voy a hacer la ley de hielo hasta obtener alguna clase de disculpa. Me comprometo a eso.

—Victor Eliseo Cavendish Wellington no se te ocurra ignorarme

Es difícil hacerle la ley de hielo a Marta cuando esta te fuerza a replicarle con sarcasmo. Tiene un gran talento para indignar a las personas.

—No sabes LA que se le escapó a Matt y ahora intentas menospreciar mis impecables servicios de inteligencia de chismerio. Yo debería ignorarte a ti por esta falta de respeto a tu mejor amiga.

Le hago una cara de "perfecto que así sea" y ella me contesta con otra cara de "perfecto así será" y no nos volvemos a hablar en todo lo que duró la hora de matemática.

Los dos somos unos dramáticos. No tengo idea de cómo seguimos juntos.

Esto de no hablarnos en matemática fue, por cierto, muy complicado de mantener, porque la trigonometría y yo nos llevamos como un enemies to love que se estancó en el enemies y no avanzó nunca más. Y como matemática siempre me frustra, lo normal es que termine charlando con Marta, pero hoy por primera vez en toda mi vida escolar me puse a hacer los ejercicios de matemática con la diligencia de un nerd antisocial que no tiene con quien hablar.

Hablo muy despectivamente de los nerd anti sociales para ser yo mismo un nerd antisocial. Si no fuera por Marta, estaría más solo que Neil Josten.

Mis primeros dos años de secundaria fueron un no relacionarme con nadie y tolerar amablemente a todos los que se me acercaban por lástima. Es terrible no tener amigos en el curso, sobre todo cuando los profesores nos dejan elegir grupos y no tienen a nadie que te elija a ti. Por suerte en tercero echaron a Marta del colegio de monjas al que iba y terminó por vueltas del destino en mi mismo curso.

Desde que descubrimos que a los dos nos gustaba Harry Potter somos inseparables. Luego ella me introdujo al anime, tuvimos nuestra etapa consumidora de fanfics, pero a los dieciséis nos reformamos y empezamos a leer novelas juveniles. Sobre todo novelas juveniles queer. Nos reformamos un montón.

Cuando terminó la hora de matemática, finalmente llegan Matt y Nicholas. Que llegaran tarde no me sorprende, que llegaran tarde juntos tampoco, pero que Matt se haya tomado un segundo para saludarnos efusivamente con la mano y Nick para saludarnos con la mirada... Eso sí que me desconcertó.

¿Alguna vez has tenido la sensación de que ha pasado un dinosaurio frente a tus ojos pero no recuerdas haberlo visto? Porque así me siento.

¿Por qué, o mejor dicho, cómo Matt nos ha saludado?

Marta que amarre de brujería le hiciste. Pásame la receta a ver si mañana Timothée Chalamet me saluda por Instagram.

Miro a Marta como pidiéndole una explicación y ella sube los hombros y se hace la que no entiende de qué estoy hablando. O peor, sé que su mensaje subliminal es: entenderías si no hubieras menospreciado mis servicios de inteligencia. Perra creída.

Carry UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora