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07. Intento ser jardinero (sale mal)

Capítulo Siete
Intento ser jardinero (sale mal)

Cuando Elida nos pidió que le cortáramos (que Nick le cortara) el césped, me imagine un pequeño patio con algunas hierbas altas...

¿Pero esto? Esto es un puto ecosistema.

Era un patio chico, si, pero en las partes donde había césped, le llegaba a Nicholas por las rodillas. Y el mide como dos metros así que fíjate la dimensión de lo que te estoy hablando. Luego había una enredadera que se había comido toda la pared y avanzaba creciendo como un arbusto hacia la otra. También se veía a la entrada hacia un gran hormiguero y un montón de hormigas trepando por el único retazo de pared intacto. Y por lo demás, detalles como el balón que perdiste y nunca recuperaste, unas macetas con plantas muertas y una parrilla oxidado.

Efectivamente entiendo porque nos pidió (le pidió a Nick) que la ayudáramos (que la ayudara) con su jardín. De repente me siento aún más culpable y aún más mal de que nos quiera pagar, o sea, que arreglarnos su patio no era un lujo, era una necesidad higiénica.

Al contrario, Nicholas no parece consternado en lo más mínimo por la primera impresión de todo lo que tiene por hacer. De hecho, parece estar analizando la situación por la seriedad y fijeza con la que va viendo las cosas.

Luego, se acerca hacia mí, se inclina y en serio no sé qué va a hacer hasta que alcanza unas pinzas que al parecer estaban al lado mío. No se estaba acercando a mí, se estaba acercando a las pinzas que con mi capacidad de atención no había notado.

—No hace falta que estés aquí, si quieres te llevo con Elida.

"Te llevo con Elida a que la a acompañes a ver Pasión de Gavilanes". Eso, es de hecho, lo que quiso decir.

Se agradece la precaución de tu censura.

—¿Y perderme toda la diversión de verte cortar el pasto? No gracias.

Capaz tenga algo de profesor de gimnasia dentro. No puedo evitar evocar de nuevo mi analogía de lo bien que se siente ser como un faraón observando a sus esclavos construir la pirámide de Giza.

Además, estar en el aire libre me despeja. Puedo expirar e inspirar o como se diga sin meterme una droguería entera en los pulmones. ¡Ah eso era! Lo descifré el olor especial de las casas de anciano es olor a remedios.

De todas formas, Nicholas no parece comprender el humor en mi pobre argumento para quedarme en el patio. Traduzco de su ceño fruncido un "¿qué tiene de divertido verme cortar el pasto?"

Es que haber, me voy a sentir mal si sé que Nicholas es el único que se está muriendo de calor cortando el pasto...

No lo voy a acompañar en cortar el pasto, pero al menos si en la parte de morirme de calor.

—Bueno, entonces... —reconoce. —¿Podrías buscar algún veneno casero para hormigas en tu...

—...en mi celular?

Asiente y no le da muchas más vueltas antes de empezar a cortar las primeras ramificaciones de los arbustos. Como es alto no tiene que ni estirarse para lograrlo.

Que privilegiado.

Bueno, Yahoo no me olvidé de ti. Me debes muchas repuestas así que espero que me des el mejor puto veneno de hormigas en el mundo.