El Susurro Azul (Completa) ✔️

CAPITULO 17: APEGO DEMONÍACO

Changyi confirmó que la piscina no tenía fondo.

Ji Yunhe reflexionó. El suelo era plano en todas partes excepto en el cráter aquí, y según sus exploraciones, la piscina debería ser el centro del cráter.

Si calculó correctamente, este charco de agua también sería el centro del sello, o el ojo principal. Si pudieran sacudir este ojo, rompería por completo la Formación de Diez Cuadrados.

Ji Yunhe tomó un poco de agua con la mano y se la acercó a los ojos. Ella supo de inmediato que esta era su salida, hacia el fondo del abismo...

Porque... sintió su doble pulso tan pronto como tocó el agua, aunque muy débil.

Changyi de repente se puso alerta. "Alguien está aquí".

Ji Yunhe fue tomado por sorpresa y miró a su alrededor. "¿Donde?"

Entonces ella también lo escuchó. Un retumbo bajo desde las profundidades de la piscina como si una bestia gigante hubiera despertado.

Ji Yunhe y Changyi se miraron.

Había algo muy desagradable debajo del agua.

Ji Yunhe inmediatamente agarró el brazo de Changyi y tiró con todas sus fuerzas. Lo arrancó con fuerza fuera del agua y en el aire con un arco circular, mientras ella caía de espaldas al suelo.

Cuando su enorme cola volteó en el aire, una cascada de gotas de agua llovió sobre el patio.

En medio de la "lluvia", una nube de gas negro salió disparada del fondo de la piscina, solidificándose en la forma de un fénix gigante en la superficie.

Un... fénix negro.

Levantó la cabeza y llamó al cielo con el sonido de los nueve cielos, y sus enormes alas batiendo apagaron brevemente la luz dorada que los rodeaba.

Ji Yunhe miró al pájaro gigante con asombro: ¿existía un segundo fénix en este mundo? ¿Los diez maestros demoníacos realmente sellaron a dos de estos poderosos demonios?

Pero algo parecía estar mal.

Este fénix negro, aunque solo era diferente en color al fénix de jade, no tenía pies. O sus pies de alguna manera todavía estaban atrapados bajo el agua y no podían soltarse.

Estaba preso dentro de la piscina.

El fénix negro luchó y gritó sin cesar. Después de que Ji Yunhe se acostumbró a sus gritos, reprimió su sorpresa y le preguntó a Changyi: "¿Lo viste ahí abajo?"

"No."

"Entonces, ¿de dónde vino..."

El pájaro demonio repentinamente giró su cuello dentro de la nube gaseosa negra, y sus ojos rojos como la sangre se fijaron en Ji Yunhe.

"¡Maestro demonio!"

Dejó escapar un grito infernal: "¡Te comeré vivo!" Con las plumas aleteando, el fénix negro giró su cuerpo y cargó contra ella con su monstruoso pico.

Todavía sentada en el suelo, Ji Yunhe solo tuvo tiempo suficiente para empujar su trasero un poco hacia un lado. Observó cómo el pájaro picoteaba el suelo entre ella y Changyi.

Dejó un pozo tan profundo que su propia cabeza casi quedó enterrada dentro.

Ji Yunhe miró el hoyo y movió las comisuras de su boca.

"¿Qué hice..."

Ji Yunhe se levantó y corrió hacia la cabaña, pero el pájaro levantó la cabeza y golpeó las paredes, volcando la mitad de la estructura. Piezas rotas hechas de madera y hierba se convirtieron en polvo dorado y se esparcieron por el suelo.