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Ese día Harry se encontraba con Hagrid, había decidido que volvería a ayudarlo a cuidar a buckbeak o cualquier animal misterioso que le pudiera mostrar, pensó en llevar a Draco, sin embargo conocía con claridad que su respuesta sería una negación, acompañadas de mil excusas como "me ensuciare", "no soy un elfo" o algún tonto prejuicio que todavía no eliminaba de sí mismo. Respecto a Hagrid, él lo recibió muy feliz, mientras le contaba sobre un dragón que había conocido y que tristemente no pudo llevarse, también, se ganó unas cuantas preguntas por el hecho de no haber traído ni a Hermione u Ron, sin embargo Harry se las ingenió diciendo que estaban ocupados.

—Te mostraré algo, pero no le digas a nadie. —advirtió Hagrid.

Harry asintió.

Este lo guío alrededor del bosque prohibido hasta llegar a un arroyo. Las aguas estaban cristalinas, pero, lo que más llamó la atención de Harry fue que también, tenían un color rosado brillante, como si hubiesen derramado alguna poción así.

—Hagrid, ¿Qué es este lugar? —preguntó.

—Esto Harry, es el "arroyo de amortentia" o bueno, es el nombre que le puse, nadie más sabe de este lugar, quería mostrartelo antes de que desaparezca. —dijo.

—¿Desaparezca? —frunció el ceño.

—Oíste bien, Harry. Me he dado cuenta que desaparece cada dos semanas, es decir, que se cambia de lugar siempre.

—¿Y cómo es eso, Hagrid?

—Creo que está encantado, pero eso no importa, dime qué es lo que hueles. —le sonrió.

Harry se inclinó a la superficie intentando oler algo, pero lo único que logró olfatear fue un perfume muy fuerte, tanto que terminó por irritar la nariz de Harry.

—Huele a perfume caro.

—¿Solo eso? —preguntó Hagrid. —Acércate más.

Harry volvió a asentir.

—Es tarta de manzana, pero no es cualquier manzana, es manzana verde, y el perfume es-..—se calló de inmediato.

—¿Qué es, Harry?

—No es nada. —anunció. —Hagrid, debo irme.

Y sin más se fue, dejando a Hagrid solo y confundido.

La razón por la cual Harry se fue de allí fue por qué el perfume era de hombre, lo sabía porqué normalmente los chicos usaban aromas
fuertes —a excepción de Harry— sin embargo no pudo descubrir quién era.

A lo lejos vio a Ron, hacía tiempo que no hablaba con él, y se preguntaba si estaba involucrado en lo que pasaba con Hermione, pero el chico no daba señales de estar planeando algo, así que Harry a pasos lentos se acercó al pelirrojo.

—Ron. —habló.

—Ah, Harry. —dijo despreocupado. —¿Sabes dónde está Hermione?

—No, ¿Por qué?

—Desde ayer no la encuentro, de hecho, a ti también te estaba buscando. —vociferó. —Pero veo que estás muy bien, ¿No?

—Eh, si.

—Harry, lo siento. —susurró. —Por no creerte.

—No te preocupes Ron, ya estoy acostumbrado. —dijo.

—Me encontré con Cedric. —comentó Ron. —Era amable.

—¿En serio?

—Si, me dió un par de pastelillos. Y Harry, él cree que no te agrada.

—¿De qué hablas, Ron? —alzó una ceja.

—Ya sabes, parece que solo le prestas atención a Malfoy.

Harry entrecerró los ojos, pues le disgustaba que hablarán así de Draco, él no lo merecía.

—Lo siento, hay algo que tengo que decirte-..

—¡BOMBARDA! —se escuchó al final del pasillo.

Uno de los muros cerca de ambos chicos explotó derrumbándose en pedazos a la par de Ron, quien no alcanzó a quitarse y, por consecuencia
cayó desplomado en el piso. Harry se abalanzó rápidamente hacia Ron con una expresión preocupante.

—¡Ron!,—gritó. —¡Ron! —no obtuvo respuesta.

Al escuchar aquellos gritos muchos alumnos se acercaron causando revuelo, nadie sabía lo que ocurría.

—¿Qué pasó aquí? —dijo la profesora Mcgonagall, pero no obtuvo ninguna respuesta de un conmocionado Harry Potter.

——𝐃&𝐇࿐

—¿Por qué no me lo dijo antes? —preguntó.

—Profesora Mcgonagall.. —carraspeó. —No estaba muy seguro de contarle, creí que podía lidiarlo. —bajo la cabeza.

—¿Lidiarlo? —repitió incrédula. —Señor Potter, su amigo está en el hospital porque usted "creyó que podía lidiarlo", esto no es algo que se va eventualmente, ¡Hay una amenaza en Hogwarts y usted estaba más que enterado! —exclamó. —¿Sabe lo peligroso que es esto?

—Si, lo siento. —susurró.

—Y, usted señor Malfoy. —volteó a ver al chico. —El director Dumbledore le dió la confianza de proteger a Potter y contarle lo que ocurre. —dijo. —De Potter me lo espero, es tan testarudo, pero, ¿de usted?, Jamás.

—Lo lamento.

—Basta de disculpas, eso no arreglará lo que ya está hecho, pero me temo que es algo severamente malo, tendré que informarle al Director.

—¡No! —exclamó Harry.

—¿No? —preguntó.

—Vera, no sabemos quiénes están involucrados. —murmuró Draco.

—¿Me está diciendo que no confía en Dumbledore?

Ambos comenzaron a balbucear.

—Es cuestión de seguridad. —dijo Harry.

—¿Cuestión de seguridad? —frunció el ceño. —¿Qué no me están contando?

—No es nada.

—¿Qué es?

Ambos chicos se mantuvieron el silencio nerviosos, no querían contarle todo lo demás a la profesora.

Ella suspiro: —Entiendo que crean
que no pueden confiar en nadie, pero es de suma importancia que me lo cuenten,
al menos a mí.

Ninguno respondió.

—Bien. —dijo. —Avisaré si pasa algo. —cerró la puerta y se fue.

—¿Piensas que está bien no contarle?—preguntó Harry.

—Si. 

——𝐃&𝐇࿐

—Como ya estarán enterados, han sucedido un par de acontecimientos que involucran a muchos estudiantes, y, al no encontrar al responsable de lo dicho clausuraremos el colegio hasta nuevo aviso. —dijo Dumbledore. Los alumnos comenzaron a protestar entre ellos culpando a una pareja de jóvenes que habitaban en una esquina del gran comedor.

Harry y Draco.

PROFECIAS | DRARRYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora