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Después de tres días Wanyin continuó su vida sin haber reconocido conscientemente a su verdadero alfa, mientras que Lan Wangji supo desde el momento en que sintió esos cálidos brazos rodearlo que su destinado era el primer esposo de su querido hermano.

Y aunque se dijo que debía alejarse y seguir su papel como guardia real, no pudo evitar que su corazón palpitara cada vez que veía a ese hermoso chico; o que sus ojos se desviaran de su labor de vigilar a su hermano solo para observar esa melancólica mirada.

Jiang Cheng asistió al banquete del emperador al igual que todos sus demás concubinos y no pudo evitar salir del lugar cuando notó como su adorado alfa sonreía de más a su nuevo esposo, la forma en que se inclinaba para murmurarle cosas al oído o las caricias que inconscientemente le prodigaba al hombre.

Sabía que si se quedaba podría liberar un olor amargo y vicioso, que evidenciaría lo profundamente herido y celoso que se sentía. Así que sin más caminó por el jardín hasta encontrar un lugar tranquilo en dónde derramar sus lágrimas.

Estaba tratando de calmar su respiración y dejar de llorar cuando un pañuelo finamente bordado e impoluto fue extendido frente a él. Al levantar la mirada y centrar su vista nublada reconoció a Lan Wangji, tímidamente recibió el pañuelo y limpió sus lágrimas tratando de recomponerse.

—¿Estás bi...

La voz del Lan rompió el silencio, pero dejó su pregunta inconclusa a lo que Jiang Cheng ladeó la cabeza y una media sonrisa adornó su rostro.

—Sí, solo me gusta venir a los jardines y regar las flores con mis lágrimas... Ya sabes unos utilizan agua, a otros nos gusta ser más efusivos.

Lan Wangji frunció el ceño y Wanyin al no saber si había hablado de más intentó disculparse.

—Lo siento, no te ofendas, solo no es mi mejor día...— y algo melancólico siguió susurrando—...o mes, año, vida.— pero de inmediato liberó su aroma a lotos para tratar de calmar el ambiente.—Olvídalo, de hecho estaba yendo a mis habitaciones, necesito descansar. Y gracias— dijo extendiéndole el pañuelo de vuelta al Lan, sin embargo cuando notó que debía estar cubierto con sus lágrimas e intentó retirar su mano, Lan Zhan rápidamente tomó el pañuelo y lo guardó en su bolsillo.

— Te acompañaré—dijo colocándose a la par del Jiang.

— No es necesario, debes cuidar al emperador y yo...

— El emperador está bien, te acompañaré.

Después de ese día Jiang Cheng fue consciente de como su amado emperador fue alejándose poco a poco de él, mientras que otro Lan lo único que deseaba era estar cada vez más cerca de él.

Jiang Cheng sufrió al ver que quien tenía la atención de su alfa era ese Guangyao, al darse cuenta que este ya no le profesaba amor como en sus primeros días y que lentamente la marca que los vinculaba como pareja poco a poco se iba desvaneciendo

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Jiang Cheng sufrió al ver que quien tenía la atención de su alfa era ese Guangyao, al darse cuenta que este ya no le profesaba amor como en sus primeros días y que lentamente la marca que los vinculaba como pareja poco a poco se iba desvaneciendo. Wanyin se lo comentó, pero siempre encontraba pretextos y al final A-Cheng dejó de mencionarlo por el dolor que le causaba saber que su alfa ya no quería recuperar su vínculo.

𝓕𝓪𝓽𝓮  🌷 ᶻʰᵃⁿᶜʰᵉⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora