WORSHIP | Lesbian ©

#9 ¿Qué te calienta?

Pero en Polymorphic nada ni nadie es demasiado inútil.

Entonces cuando se hizo tarde ese cuatro de septiembre después de al menos diez vasos de agua y varias horas cargadas de un miedo insesante a mis propios pensamientos con respecto a Lisa Manobal, al fin el programa de búsqueda nos dio un código de IP y luego un nombre, que era el de un hombre que trabaja como asesor en el primer piso.

Entonces se veía todo muy lógico, un trabajador del primer piso tomó información de Bytex sin permiso, demasiado fácil para ser verdad, pero lo más obvio, decidí simplemente quedarme callada.

Totalmente en silencio cuando fui con Lisa al primer piso y buscamos a ese asesor, lo observamos desde la proximidad del pasillo, nosotras, dos mujeres del quinto piso que contamos con más suerte en la vida que él y justa ahora con la posibilidad de decidir su futuro.

Yo ya tengo claro que Lisa puede ser muy cabrona, pero también que es inteligente y no iría de inmediato a la oficina de Jameel para decirle que este trabajador del primer piso fue el responsable de la filtración de datos y por lo tanto debe ser echado de Polymorphic, primero debía comprobar que era totalmente verdad y dado el caso, seguir buscando.

Las dos nos acercamos al trabajador inculpado, en el primer piso trabajan mucho más duro que nosotras y también ganan bastante menos dinero, por eso podría parecer una porquería por parte de Lisa saludar al hombre amablemente, preguntarle por su día y por un retrato sobre la mesa de su estrecho cubículo.

- Son mis dos hijos - responde el hombre.

Levanto las cejas, parece un tipo humilde, sin aspiraciones en la vida, de los que trabajan y vuelven a su casa complacientemente cinco días a la semana, de los que les gusta la tranquilidad  y en su puta vida podrían ser freelancer porque se acojonan muy fácil.

- ¿Tiene esposa? - le pregunto.

- Nos estamos divorciando - su rostro se vuelve amargo.

Por mi parte, no soy capaz, ni aunque quisiera de reclamarle el día entero que llevo buscándolo por haber hecho una estupidez.

- ¿Entonces quería vender los datos de Bytex? ¿Se cree alguna especie de hacker? - suelta Lisa, que como ya mencioné, puede ser un poco cabrona - ¿Usted no es así de tonto como parece cierto?

Y resumiendo el resto del día, fue básicamente un hombre desarmado ante nosotras, hablando de su divorcio, de lo bien que pagan por uno que otro dato sin importancia y de Lisa dando la vuelta sin importarle el alma de ese hombre, caminando a paso rápido hacia Jameel, luego las dos regresando a nuestro trabajo y cuando era hora de volver a casa encontrarnos a ese ahora ex asesor del primer piso con una caja en las manos, remangado y subiendo al transporte público porque quizá el salario nunca le alcanzó para un auto.

- ¿No te sientes mal? - le pregunto a Lisa acomodandome el abrigo, me ignora.

Ese día la chica me acompañó por segunda vez a casa, sólo porque según ella, deja su auto en un estacionamiento gratuito una calle adelante de mi vivienda.

Siempre me he visto como una persona compasiva, que intenta ayudar a los demás o al menos quejarme internamente sobre la justicia desigual que el mundo ofrece a las personas.

Pero siendo totalmente franca, a ese hombre lo olvidé en cuanto Lisa me dio una despedida rápida con la cabeza en la entrada de mi edificio.

Porque me parece insano aquél pequeño sueño que tuve en la tarde, en que estaba ella y se sentía absurdamente real, me parece que me estoy descarrilando fuertemente en cuanto a lo que mi mente decide o no pensar.

Y entonces ese cuatro de septiembre, casi dos semanas y media desde que conozco a Lisa Manobal decido dormir y no pensar en ella, y me doy cuenta de que llevo varias noches pensando en ella e incluso una durmiendo junto a ella.