Tom y Severus miraron la comida que habían preparado. —No creo que alguna vez consigamos trabajos como jefes— Tom miró el bistec ligeramente recocido, el brócoli demasiado cocido al vapor, el puré de papas se vio demasiado lechoso y el postre, bueno, Tom no estaba seguro de si llamarlo así. No era nada que ninguno de los dos considerara comestible. Estaba destinado a ser una tarta de tentáculos, pero nunca lo había visto salir con ese desastre.—Estoy de acuerdo, pero a Harry le gustará que al menos intentemos cocinar— Severus le aseguró. —Trixi, vamos a buscar a Harry y loemos arriba a nuestras habitaciones, te avisaremos cuándo servirlo.
—¿Quieres que Trixi lo arregle? —Preguntó mirando la comida, preguntándose por qué iban a servirle eso al Maestro Mortal y si tenían un deseo de muerte.
—No, sabemos que puedes hacerlo. Es importante para nosotros que se sirva como lo cocinamos— Tom vio que el elfo estaba de acuerdo con su evaluación de la comida. No se hacía ilusiones sobre cómo se vería, pero para Harry, el esfuerzo era lo que contaba, e iba a contar mucho en este momento.
—Tú llamas, yo atiendo— ella les dijo. —Haces feliz al Maestro Mortal de nuevo— la advertencia era clara, no quería volver a encontrarse a un Harry enojado. Encontraría una manera de hacerlos infelices si tuviera que hacerlo.
—Trabajando en ello— Severus le dijo. Fueron a salir de la cocina y se detuvieron. —Trixi, ¿puedes llevarnos de regreso a nuestra habitación? —Se dieron cuenta de que se perderían de nuevo.
Trixi los agarró y apareció en su dormitorio. —Gracias, Trixi— el elfo desapareció. Podían oír el agua de la ducha y sabían que Harry estaba allí. Intercambiaron sonrisas y se dirigieron al baño. Lo vieron en la ducha y se desnudaron y entraron juntos a la ducha.
—Oh no, ustedes dos pueden lavarse, no piensen en tocarse o tocarme a mí— seguramente Harry. Se apoyó contra la pared para mirar. —Hagan un show— Invocó a un asiento y se sentó.
Tom y Severus intercambian una mirada. Nunca antes habían hecho algo así y no estaban seguros de qué hacer. Severus se animó y tomó el jabón y enjabonó la toallita y comenzó a moverla lentamente hacia arriba y hacia abajo de su pecho con una mano mientras la otra mano jugaba con sus pezones. Empezó a mover su cuerpo y miró hacia atrás y vio que Tom lo estaba copiando y se movieron para quedar uno frente al otro y comenzaron a resaltar sus acciones. Enjabonando lentamente cada parte de sus cuerpos y haciendo que su mano libre siga el paño.
Ellos obedecieron y comenzaron a pasar sus manos arriba y abajo de sus cuerpos, disfrutando mostrarse mientras Harry miraba a cada uno de ellos. Cuando Severus tocó su eje, Tom tocó el suyo, lo acarició y cuando Harry dijo —no— se detuvieron, lo miraron, probablemente ya la cara, y seguimos adelante. Severus y Tom comenzaron a acariciar lentamente sus traseros ya moverlos hacia Harry en una invitación. Después de molestar a Harry por un rato, Harry los tocó. —Termina y salgan al dormitorio— Terminaron, se secaron y se pusieron la ropa limpia. Entraron en el dormitorio. —No recuerdo haber mencionado que se vistieran.
Severus y Tom se miraron, agitaron sus varitas y se quitaron la ropa. —Harry, hicimos la cena— Tom le dijo. Severus se acercó a la mesa de café frente a la chimenea y le hizo una señal a Trixi.
Severus fue a buscar sus regalos para Harry. Tom guió a Harry para que se sentara en la silla cerca de la chimenea. Tan pronto como apareció la cena, se arrodillaron frente a Harry y le ofrecieron sus regalos. —Harry, lamento mucho lo del contrato. Sé que no es una buena excusa porque estamos realmente muy borrachos y no puedo creer que te hayamos permitido leerlo— dijo Severus.
Harry tomó el paquete y lo miró. Lo desenvolvió con cuidado y vio la caja del joyero que había visitado recientemente con Severus. Lo abrió y allí dentro estaba el reloj de plata esterlina que había estado admirando. —Presto atención. Lo intento— Severus le dijo a Harry, esperando que Harry entendiera lo que estaba tratando de decir.
Harry lo reconoció y puso el reloj en marcha. —Me encanta, Severus. Esto no significa que esté totalmente perdonado, pero es un gran paso en la dirección correcta. Me muestra que presta atención a lo que dijiste, y me muestra que también escuchas lo que dije. Me encanta el reloj, aunque no lo compré.
—No lo compraste porque, como los tres, creciste sin nada y realmente no necesitas cosas materiales— Severus se inclinó hacia adelante y tomó la mano de Harry y le dio un beso en la palma. —Significa más para mí de lo que te das cuenta, y más de lo que me di cuenta hasta hoy. Cuando casi te fuiste, me asusté mucho.
Harry detuvo a Severus. Sabía que a ese hombre le resultó difícil poner sus sentimientos en palabras. —Severus, no tienes que hacerlo.
—Sí, debería haberlo dejado más claro antes.
—Debería haberlo hecho con Harry. Severus tiene razón, cuando te ibas a ir quería hacer todo lo posible para asegurarme de que eso no pasara, sé que lo manejé mal al hacer que Trixi intentara forzarlo, entré en pánico— Tom le dio su regalo. Se inclinó hacia Severus, buscando algo de consuelo, esperando que su regalo fuera aceptable.
Harry lo abrió y vio el libro. Lo recogió, lo abrió y empezó a hojearlo. —Tom, esto significa mucho. También demuestra que presta atención. Nunca dije que estaba interesado en Runas, pero me conseguí un libro sobre Runas y en pársel.
—Sé que te gusta crear hechizos y te he visto usar Runas y Aritmancia para crearlos. No estoy seguro de si voy a disfrutar que uses esos hechizos conmigo más tarde, pero disfruto verte crearlos. Ya veo la alegría que obtienes cuando un nuevo hechizo funciona— Tom le dio una leve sonrisa.
—Tengo que estar de acuerdo con los nuevos hechizos. Obtienes mucha alegría al crearlos, siempre y cuando no los sintamos contra nosotros— Severus bromeó.
Harry les sonrió y Tom quitó el hechizo de estasis. Severus expandió la silla y se sentó a ambos lados de Harry. —Ahora, te vamos a dar de comer— Severus le informó, ignorando la ceja levantada de Harry ante esa declaración. —Relájate y disfruta.
—Prefiero disfrutar de cada uno de ustedes— Harry le dijo.
—Lo harás. Estoy seguro— Tom miró la comida. —Nunca seremos jefes, o tal vez nunca deberíamos volver a intentar cocinar. Espero que se dé cuenta de que no estamos tratando de envenenarlo con nuestra comida.
Harry rio mientras miraba la comida que le habían presentado. —Me encanta, gracias— Les dio un beso. —¿Qué tal si nos saltamos la comida y vamos directamente a la parte de preparación?
—¿Pensé que esto era parte de la parte de inventar? —Tom preguntó.
—Si quieres saltarte la parte de la cama a favor de comer, depende de ti.
—No, la cama funciona— respondieron y casi corrieron a la cama. Harry sonrió mientras caminaba lentamente hacia la cama. Vio que la comida se desvanecía y supo que Trixi ya se había ocupado de la comida. Realmente apreciaba lo que intentaban hacer, pero le pediría a Trixi que les trajera algo de cenar más tarde.
Espero hayan tenido una buena semana y estén teniendo un bonito sábado. Nos leemos la próxima semana.
-𝘈𝘯𝘯𝘺✨