Convergencia de Universos

Conversaciones pt1: La cueva

En la cueva del origen quienes desean seguir viviendo de esa forma aparecen frente a las rocas, Jade corre con su hija quien seguía dormida, le pide a Blacksmith que levante el hechizo, él asiente y la niña abre los ojos, al ver a tantos desconocidos se asusta, pero Mia y Sebastian se acercan lento y con una sonrisa a la niña quien no sabe porque, pero siente confianza hacia ellos, ambos se ponen a la altura de la niña.

— Hola Olivia, soy Mia, y él... es mi hermano Sebastian,— eso hace que Sebastian sonría — tu tienes algo en común con nosotros, ¿Quieres saber qué? — Olivia asiente — también eres nuestra hermanita, y te vamos a cuidar siempre.

Olivia mira a su madre tratando de ver si es verdad, Jade asiente y la deja ir a conocer a sus hermanos, los tres se funden en un abrazo que nunca creyeron sentir, Sebastian acaba de obtener lo que quería, Mia había encontrado una nueva razón para pelear, una por la que valía la pena dar la vida, y Olivia solo sentía alegría. Yellena se acerca a Jade para susurrarle de manera sutil "te lo dije" Jade la mira y le pregunta si no tiene algo mejor que hacer, Yellena señala la cueva diciendo que ni siquiera sabe dónde están o que clase de lugar es ese.

— Aquí fue dónde se puso en marcha todo, donde las almas de los primeros se restauraron desde los más profundo del infierno — dice una voz desde las sombras.

Todos se reúnen, Barth le pregunta dónde está, la voz comienza a tomar forma y todos se asombran al ver qué por primera vez la figura que era una sombra incorpora toma la forma de un hombre en toda la extensión de la palabra, ojos, nariz, boca, ninguna parte de él era traslúcida, sin embargo su cuerpo seguía siendo de una tonalidad gris, su rostro le es familiar a muchos de los presentes sin saber cómo, Omni les dice que para hacer las cosas más sencillas su rostro es visto por alguien de su pasado, asegura que a pesar de que sus poderes están cada vez más consolidados ninguno de los presentes, incluyendo a un dios podría tolerar su forma real.

Omni se acerca a Olivia, ella ve el rostro de nadie, un simple hueco, una interminable oscuridad al mismo tiempo que un brillo que por alguna razón no la ciega, sabe que la ve fijamente aún sin ver sus ojos. Omni frota la mejilla de la niña, y cuando ella dice lo que ve Omni les aclara que ella puede ver su verdadero ser, que es más poderosa de lo que todos creen, casi tan poderosa como él, vuelve con los demás diciendo que en las próximas 24 horas los poderes de Olivia entraran en sincronía con el universo y será entonces cuando él deberá infundir a Olivia con su esencia, Sebastian reacciona a esto preguntando como lo hará, de acuerdo con Omni no es peligroso o doloroso, será como el viento cálido chocando contra la piel de Olivia, después de ello, nadie podrá deshacer el mundo, les sugiere descansar ya que los héroes los buscarán, y cuando ese momento llegue, quizá deban llegar a los extremos, muchos se niegan a matar a sus amigos y aliados, Yellena dice que existen otras formas de detenerlos, sabe que la batalla será inminente, tienen grandes ventajas en cuanto a poder, pero aún así están en desventaja numérica aún con la sombras de Blacksmith quien necesitará todo su poder para pelear contra Bane.

— Sé de algunos que pueden ayudar, debo ir a Central Hills - dice Barth.

— Iré contigo, mejor tener a dos velocistas en lugar de uno — dice Sebastian.

Ambos están por marcharse pero Alexa y Kelsey los detiene les ruegan que traigan a sus hijas, Sebastian dice que sería un desperdicio de tiempo pero Barth insiste en ir, Sebastian lo amenaza diciendo que si los atrapan lo dejara sin dudar, Barth asiente y se marchan.

Después de que su prometido partiera Caity se acerca a Pete que hablaba con Reina, está recibe a su hermana con una sonrisa y le presenta a su hijo formalmente, Pete dice que ya se conocen, al menos lo harán en el futuro, la abraza y le agradece por haberlos ayudado, Reina está asombrada de su valentía, no cualquiera había dicho o hecho lo que ella, sin mencionar que son muy pocos aquellos que se enfrentarían así a Bane.