(De antemano pido disculpas si la historia que viene a continuación no es tan hermosa como debiera serlo, ya que olvidé varias cosas, y, escucharla de la voz de Luna no es igual que leerla de mi)
"En el bus que tomo todos los días, a tres puestos delante de mi, se sienta un chico, qué, cada vez que lo veo, pienso que es hermoso. Él casi nunca habla, nunca observa a sus "amigos", y nunca habla con sus padres.
Todos los días lo veo, y, cuando miro a sus infinitos ojos azules, pienso que es el chico más hermoso que existe.
Han pasado tres días, y no lo he vuelto a ver.
Ayer me enteré que había muerto. Suicidio.
Dejó simplemente una última carta, diciéndole a sus padres que le perdonaran por no hablarles. A sus amigos, que los quería demasiado. Y a mi, qué le parecía muy hermosa.
Lástima que no tuve tiempo de decírselo."
Y luego, colgó. O quizá se cortó la llamada.
Cuando descubrí que mis mejillas estaban mojadas, descubrí que las lágrimas salían involuntariamente.
Jamás había llorado así.
Aún hoy me pregunto si fue la historia lo que causó mi llanto, o quizá si fue la voz que me la contaba.
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Luna
Romance" Simplemente, ella era extraña. Era como uno de esos cuadros de surrealistas, un cuadro de Dalí, de Joan Miró, o incluso de Magritte. Uno de esos cuadros que, quizá a primera vista, no tenían ningún significado, pero, qué después de mirarlo una y o...