Ah...
Bueno, cerrar este capítulo será más difícil que el hecho de haberlo comenzado.
Me paré frente a ella, con el poco coraje que me quedaba. Y, suspirando, le dije que la amaba.
—¿Qué crees que pasará después de esto? Eres un imbécil... ¿Nunca viste que te usé? ¿Qué solo necesitaba alguien a quien sacarle dinero?
No lo entendí a la primera vez. Después, suspiré, recordando todas las salidas juntos, las llamadas, las noches hablando...
—Todo fue mentira —. Le dije, no preguntándole, afirmando. —Todo lo qué decías...
—Nada fue verdad, maldito hijo de puta. ¿No entiendes? Naciste para ser usado por todos. Nadie te amará. Eres demasiado ingenuo para eso.
Callé. No dije ni una sola palabra. ¿Para qué prolongar lo inevitable? Suspiré, alzando mis manos, para luego dar media vuelta y alejarme.
Nunca más la volví a ver. Jamás supe que pasó con ella. Supongo que, ahora, su vida será mucho mejor que conmigo.
Al llegar a casa, observé todos los regalos que tenía preparados para ella, incluyendo este libro.
Rompí absolutamente todo. No quería nada que me vinculara a ella.
Aún a veces lloro. Lloro porque me dijo que nadie (O sea, yo), era lo suficientemente bueno para ella. Lloro porque no pude decirle nada. Lloro porqué sé que será feliz. Porque ya me olvidó. Lloro porque la extraño. Lloro porque sigo siendo el mismo idiota que se enamoró de quien no debía. lloro porque no es la única vez que pasa.
La vida sigue, igualmente...
"Hay miles de universos paralelos. En uno de ellos, acabo de ganar la loteria. En otro, estoy teniendo relaciones sexuales con un caballo. Y en otro, ella nunca se fue de mi lado. Pero de esos mil universos, no me interesa ninguno. Solo este último. En ese universo, vivimos en una cabaña, lejos de la ciudad, lejos de todos. En ese universo, ella está abrazada a mi. Ella trabaja en una biblioteca, y yo, en una oficina al frente de ella. Todos los días a las 5, la veo organizando libros. ella me mira y sonríe. Y somos felices. En esa cabaña, estamos ahora abrazados, recostados en una pequeña cama. Hay miles de universos paralelos. En uno, estoy gastando mi dinero, despilfarrandolo. En otro, estoy teniendo relaciones sexuales con un caballo. En otro (en este), estoy muriendo, desangrandome en el suelo de una cocina sucia, desordenada. Y cierro mis ojos, en este universo, y en todos los otros. Y somos felices.
Pero no aquí"
—No recuerdo quien dijo eso, o sí lo escribí yo... Ya no recuerdo nada—
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Luna
Romance" Simplemente, ella era extraña. Era como uno de esos cuadros de surrealistas, un cuadro de Dalí, de Joan Miró, o incluso de Magritte. Uno de esos cuadros que, quizá a primera vista, no tenían ningún significado, pero, qué después de mirarlo una y o...