Recordar nuestras conversaciones duele. Recordar las cosas que me dijo, todas las palabras que nos dijimos... Bueno, ya que se acerca el final, supongo que intentaré recordar las cosas más importantes, antes de que mi mente me traicione, y de qué, finalmente, olvide todo.
Ahora, de lo qué más me acuerdo es de pasar noches enteras, deseando estar juntos, deseando vernos, estar abrazados el uno al otro, y de nuestros sueños para el futuro, qué terminaron siendo exactamente eso, sueños. He aquí fragmentos que aún recuerdo:
—Deberíamos ir a algún lugar lejano, donde nadie nos encuentre—Me dijo ella, mientras yo la imaginaba recostada en su cama, mirando al techo.
—Conozco un lugar perfecto... Podríamos ir allá, quedarnos en un hotel, y, frente al hotel hay una cascada...
—Me encantan las cascadas...
Otra conversación:
—Hoy por fin ha salido la luna. Debe ser porqué quizá se siente igual que yo.
—¿Cómo?—Dijo ella, suspirando.
—Feliz de que hayas vuelto.
Y las otras conversaciones hablaban de cascadas, de viajar en bote por el mundo, de estar juntos...
Y hasta ahi fue todo. Sólo conversaciones que, tanto ella cómo yo, muy en el fondo, sabiamos que sólo eran eso. Qué nada de eso sería realidad.
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Luna
عاطفية" Simplemente, ella era extraña. Era como uno de esos cuadros de surrealistas, un cuadro de Dalí, de Joan Miró, o incluso de Magritte. Uno de esos cuadros que, quizá a primera vista, no tenían ningún significado, pero, qué después de mirarlo una y o...