Xoxo ~ YoonMin

Que esperas de mi

Joder que era difícil la vida, pero más difícil era si no luchaba por las cosas que le gustaban, como por ejemplo su trabajo y la buena vida.

Claro, todo sería más fácil si hubiera nacido en las bolas de un maldito millonario como el diseñador Park.

Tenía sólo cuatro años cuando su madre lo abandonó y lo dejó con su tía Ji-ah, era tan buena y amable, pero no tenía mucho para ofrecerle.

Le enseño valores, le demostró lo que era una familia y lo educó, pero.. nunca pudo entender el motivo por el cual su madre lo abandonó, hasta ahora.

Los lujos, la ropa cara, tener alguien detrás de ti las 24 horas del día, ser... ¿importante? El poder..

Eso había llamado la atención de su madre hace muchos años, obligándola a dejar de lado su familia, por ir tras un hombre rico que le dio lo que el padre de su hijo no podía.

Por ese gran motivo, su padre cayó en depresión y se suicido cuándo Yoongi tenía solo siete años.

Así es, sin padres pero con una tía amorosa, lo cuido como a su propio hijo.

Una vida dura, pero un muchacho fuerte.

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Yoongi visitó esa misma noche una vez más aquel bar, como era de esperarse el peligris estaba sentado con un vaso de vodka.
Se aproximó lentamente sin mirarlo.

–Buenas noches, deme un Everclear por favor– se recostó en la barra.

Jimin miró de reojo, e hizo una risa nasal mientras giraba la bebida dentro de su vaso con la mano

–Me estás siguiendo Min ?

–No eres el ombligo del mundo Park.

Un desafío? Amaba los desafíos.

–Oye, acaso sabes quien soy?

–En efecto, un diseñador con síndrome de Narciso que solo mira el diamante en su ombligo.

¿Que? Eso solo lo sabía Taehyung, el piercing de diamante en su ombligo nadie lo había visto jamás.

–Disculpa? De donde sacaste eso?–algo nervioso

–Mh? Es solo una expresión..–bebió su trago–no como que tuvieras un piercing en el ombligo o si?

Jimin se ruborizó, quizá era el alcohol que venía bebiendo desde hacía hora y media y no por el coqueteo de Min.

–Claro que no.. –bufo–que termines bien tu noche..–se dio la vuelta y tropezó con la pata del taburete–Ay!..

Yoongi lo sostuvo antes de que cayera al suelo, joder, hacia mucho no tenía contacto físico con alguien tan fluido, se sentía extraño.

Jimin alejo a Yoongi suavemente, no debía dejarse llevar. Eso dañaría su reputación de inalcanzable.

–Jimin, te encuentras bien? –el peligris asintió–Mm, te acompaño.

Antes que puedo era negarse este ya había tomado la chaqueta del menor y su bolso LV, para acompañarlo. De ninguna manera lo dejaría solo, podría pasarle cualquier cosa y eso no se lo iba a permitir o dejaría de llamarse Min Yoongi.

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Cuarenta minutos después llegaron al edificio, Jimin suspiró y solo esperaba a que Yoongi lo impulsara a seguir caminando.