pecado. . .

17 0 0
                                    

la terquedad de mis pensamientos me lleva a la estupidez de evocar tormentosos anhelos de ansiarte aun sabiéndote así tan apartado, negándote al placer que implica abandonarte al refugio de mi vientre; estos pensamientos llenos de escabrosas imágenes que me invitan al pecado de poseer tu piel tatuada a la mía, implorando un vaivén que nos conduzca al éxtasis de desbordar las mieles, mieles que sólo un eclipse nos incite a inundar nuestras almas; pensamientos tortuosos, obcecados, llenos del  vicio de tus labios recorriendo mi talle y buscando el cobijo de mi pecho; pensamientos colmados de delirante ardor que nos guie a un arrebato de susurros y jadeos que lleguen al cielo y hagan explotar de súbito placer nuestros cuerpos; obscenos pensamientos habitados por perversos instintos que me dirigen a tu virilidad penetrando la inconciencia de mi perturbada razón; pensamientos perpetrando la cordura con la vehemente ansiedad de gozar tu posesión, posesión de todo mi mundo y perderme en ti. . . 

volar sin alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora