-¡Hola!
Después de escuchar eso, de repente me desperté. Empecé a mirar hacia los lados y me di cuenta de que estaba en una habitación pequeña con una pared blanca. Estaba completamente vacía, a excepción de una gran cama en el centro.
-Dónde... Cómo... ¿Quién soy?
-Eres una guía- dijo una voz detrás de mí.
Me giré rápidamente para ver quién me estaba hablando. Entonces noté que, en un rincón de la habitación, había un chico grande que estaba bastante bien vestido y tenía el cabello bien peinado.
-Imagino que debe de estar muy confundida. Le entiendo, recuerdo lo que sentí al despertar sentado allí.
-¿Qué es este lugar?- pregunté.
-Este lugar es Lux. Usted, yo y todas las personas que vivimos aquí somos guías, y nuestro trabajo es ayudar y orientar a los humanos- respondió el hombre.
-Humanos... guías... ¿por qué siento que lo sé todo pero no recuerdo haber aprendido nada?
-Porque los guías nacemos con cierta información aprendida. Por eso, aunque sea una recién nacida, es capaz de hablar y razonar.
-Soy recién nacida?- pregunté aún más confundida.
-Sé que es difícil de procesar. Vamos, levántese y sígame. Voy a mostrarle todo el lugar.
Me levanté lentamente y noté que una puerta grande y elegante apareció frente a mí.
El chico la abrió y me hizo un gesto con la mano para que me acercara a él. Cuando asomé un poco la cabeza por la puerta, me sorprendió lo que ví. Al otro lado había otra habitación infinitamente más grande (era tan grande, de hecho, que no se veían las paredes), pero no tan vacía, llena de gente de piel pálida y pelo verde, que miraba fijamente a unas extrañas bolas de cristal.
-¡Cuánta gente!- grité.
-Estos son los otros guías. Observan a los humanos a través de estas bolas de cristal, y cuando quieren ayudar a un ser humano, lo único que tienen que hacer es poner su mano en la bola para transmitir sus pensamientos.
-Dices que nuestro trabajo es ayudar a los humanos, pero ¿cómo les ayudamos?
-Muchas personas se dejan llevar por sus emociones y sentimientos. Esto no es nada malo, pero desde una edad temprana, es importante ayudarles a controlarse para que no surjan problemas. Es por eso que debemos funcionar como la voz de la razón y tomar las decisiones correctas cuando ellos no puedan.
-Que interesante... Así que se dejan llevar por las emociones...
El hombre siguió caminando, pasando entre el resto de los conductores.
-Por favor, sígame. Vamos a la oficina del presidente.
Durante un rato caminamos en silencio. El chico era bastante callado, por lo que era difícil sacar temas de conversación, y me entretenía viendo cómo trabajaban los otros conductores.
-¿Cómo te llamas?- le pregunté.
-No tengo el honor de poseer un nombre. Puede llamarme Guía 1- respondió.
-Ah... ¿Y yo?
-Su nombre es Guía R305.
-¿Qué? Qué feo. No quiero llamarme así... ¡Agi! Suena bien, ¿no?- grité emocionada.
-No creo que pueda elegir su propio nombre- dijo sin cambiar su expresión.
-¡Y tú te llamarás Ricardo!
-¿Ricardo? Tengo que admitir que no suena mal.
-Por cierto, no es necesario que seas tan formal- comenté -Es un poco incómodo. Te recomiendo que tengas más confianza con la gente.
-Va... Vale.
"Me recuerda a..." pensó Ricardo "No, debo olvidar eso"
Después de caminar un poco más, llegamos a una puerta, incluso más grande que la otra. Tenía un letrero dorado que decía: "Oficina del presidente Crainer". Al principio traté de abrir la puerta yo misma, pero no podía moverla ni un centímetro. Entonces Ricardo se acercó, puso una mano en la puerta y la abrió con mucha facilidad. Había otra habitación al otro lado de la puerta, esta más pequeña que la anterior, y la principal diferencia era que las paredes de esta no eran blancas, sino negras. En ella había un trono frente a una gran mesa, llena de comida. En el trono estaba sentado un hombre de mediana edad con cabello corto y ropa brillante, la cual se podría ver desde 100 metros de distancia. Ricardo dió media vuelta y se dirigió a la puerta.
-Aquí termina mi trabajo. Espero que te vaya bien, Ann... Quiero decir, Agi.
Después de eso, salió de la habitación, dejándonos a mí y al presidente solos.
-Saludos, R305, bienvenida a Lux. Supongo que Guía 1 ya te habrá comentado lo más importante- me dijo.
-Es un placer conocerlo, señor presidente, pero me gustaría que me llamase Agi.
-Creo que R305 está bien. Bueno, como cualquier guía recién nacido, te asignaré un humano. Como sabes, será tu deber llevarle a la felicidad, manteniendo a raya sus emociones- recordó el Presidente.
Crainer se levantó de su trono y se dirigió a una de las paredes de la habitación, donde había una gran bola de cristal sobre una mesa.
-Esta bola busca humanos de entre 8 y 12 años de vida para asignarles un guía- explicó.
Me acerqué un poco más y ví que un montón de niños humanos de diferentes edades y lugares aparecían en la bola. Al cabo de un minuto, la bola pareció decidirse. Grent Erphins.
Grent Erphins era un chico rubio, alto, delgado y de ojos verdes. Aunque no era feo, estaba bastante solo y tenía pocos amigos, ya que hacía muchas cosas estúpidas y se enojaba bastante rápido. No solía sacar buenas notas en clase, a diferencia de Joseph, su mejor amigo, que era mucho más estudioso.
-¡Grent! ¡He sacado un 9.7 en biología!- dijo Joseph.
-Me alegro, Joseph. Yo como siempre, 3.5- dijo Grent.
En la mañana del 7 de noviembre de 2013, Grent sintió algo dentro de él. Se sintió raro. Como si alguien... lo estuviera guiando.
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Guías Emocionales
Science FictionAgi es una guía, unos seres que ayudan a los humanos a controlar sus emociones. Su deber es llevar a Grent Erphins, su humano, a la felicidad. Esto no sera nada fácil, pues se le presentarán varias complicaciones en el camino.