❃ Nine ❃

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Un mes pasó y las clases de Seokjin continuaron, la lectura por la noche, las palabras de amor, los besos a escondidas, el sexo sin descanso que tenían cada noche, el romance. Por instantes era feliz.   

Esa tarde sus padres y los padres de Jennie tomarían el té. Otra tarde perdida con conversaciones vacías sobre cosas que no le interesaban ahora ni nunca lo harían. Cada vez se cuestionaba más y más del porqué debería presenciar esas reuniones. Pero muy pronto descubrió el verdadero motivo de aquella en particular.   

—Será perfecto, de todos modos Jin solo necesita termina algunas cosas en su educación y se hará el chico perfecto para Jennie —dijo su madre—. De todos modos en vuestra situación financiera que Jennie se case con un heredero de nuestro apellido es algo muy alentador.  

Seokjin y Jennie sentados lado a lado en el sofá victoriano posaron las galletas que comían de forma entretenida para prestar más atención.   

—Estaremos encantados de que se casen, para nosotros sería perfecto —contestó la señora.   

—Perdón pero, ¿de qué están hablando? —preguntó Seokjin, aún tratando de asimilar la conversación.  

—Seokjin, tu padre y el padre de la Señorita Jennie están acordando su matrimonio. Deberían estar felices.  

—¿Qué? ¿Así sin consultarnos? ¿Sin saber si queremos? —se levantó indignado.   

—Jin, cariño, lo que quieres es irrelevante, ya está acordado —su madre sacudió la punta del vestido que rozaba el suelo sin prestarle mucha atención.     

—¡No pienso casarme! Pueden ir desacordando porque ese matrimonio, nunca pasará —se marchó sin pedir permiso.  

—¡Seokjin! —la voz indignada de su madre sonó desde el salón pero él no regresó, le dió una patada a otro jarrón y se dirigió al jardín.  

Lo que le faltaba. Jennie era una buena chica, era simpática y compartían muchas aficiones pero desde luego no estaba enamorado de ella. Todo sería una farsa. Un matrimonio que generaría hijos que ninguno de los dos quería, hijos como él ignorados y monopolizados.   

—He seguido el rastro de destrucción —la chica se sentó a su lado en la hierba.   

—No pienso casarme contigo, no te ofendas. Eres maravillosa y serías una esposa perfecta, pero ya sabes lo que siento por Jungkook —asintió y dijo:  

—¿Y qué podemos hacer? No sé si tenemos muchas opciones.   

—Terminarán por enviarme a St. Joseph —concluyó.    

—Y a él podrían mandarle a prisión —dijo la chica sin dudar—. Quizás pudiésemos hacer una especie de pacto, no sé, podríamos casarnos pero sería solo una fachada.   

—No, prefiero enfrentarme a ellos. Por una vez mi voluntad tiene que valer más que la suya —estaba completamente decidido sobre ello—. Al menos tú tienes una oportunidad con Yoongi.   

—¿Qué quieres decir?    

—Podrías quedar embarazada, entonces tu padre le haría asumir la paternidad.   

—O también, obligarte a tí a que la asumas... —dijo ella—. Ya sabes como son, será mejor no arriesgarse. ¿Por qué no hablas con el Señor Jeon? Seguramente sabrá que hacer.   

—Tendré mucha suerte si no se marcha en cuanto sepa todo esto —frotó sus piernas como si tuviese frío.   

—Por lo que me has contado durante este mes entendí que su relación está quedando bastante sólida. Me parece que te ama. No creo que renuncie a ti, de esa forma.     

El Tutor || GgukJin ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora