Detalles imprevistos 1

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Hermione POV:

Entro a la habitación seguida por Ginny que sigue canturreando una estúpida canción que se inventó o escucho por ahí.

-Son novios, son novios, se besan sus bocas, se pasan el chicle- canta muy alegre mientras se ríe a carcajada abierta.

Yo solo pongo los ojos en blanco mientras suelto una que otra risa por ahí, freno en seco y me doy la vuelta haciendo que ella casi tropiece y la agarro del brazo.

- ¡Basta! No somos novios, ni amigovios ni nada, tampoco nos hemos besado desde ya cuanto tiempo. - Estoy por retomar mi camino y suelta.

- Bueno, si tú lo dices. - Se ríe otra vez y espero a que continúe.

- Pero entonces, como explicas que te has puesto roja.- Suelta de golpe y me abraza volviendo a reír. Que risueña es y no sé como.

- Es solo porque hace calor - Digo mientras hago un movimiento con mi mano para obviar lo que acabo de decir.

- ¡Excelente! Entonces no habrá ningún problema- 

Estoy a punto de preguntar sobre que habla y escucho que golpean la puerta del dormitorio de una manera particular que en poco tiempo ya se distinguir. Veo a Ginny que se acerca con mi perfume y me lo pone detrás de mis orejas, en las clavículas y suelta uno al aire. Me he quedado colgada así que rápidamente ella me empuja hacia el perfume y la puerta a la vez.

Vuelven a tocar la puerta, es él, estoy segura. De pronto mi boca se ha secado así que consigo tragar con más esfuerzo del necesario. Abro la puerta y atiendo.

- Huroncito- Digo mientras me río, me salé muy natural con él.

- Herms, hola-

-¿Necesitas algo?-

- Mmmm, no, la verdad es que no- dice y se pasa una mano por la nuca nervioso. Siento la mirada pícara de Ginny detrás de mi.

- Ahhh, bueno, entonces...-

- Bueno si, te necesito a ti.- 

Con esa elección de palabras siento como la sangre caliente sube a mis mejillas y bajo por instinto un poco la cabeza, pero inmediatamente Draco me toma de la barbilla y levanta mi rostro.

- ¿Estás ocupada? Quiero hacer algo contigo que se me ha ocurrido hace un par de días.-

Podría mentir y decir que estoy ocupada pero en realidad hoy no tengo que estar por los pasillos, tengo hecha ya la tarea de la semana entera y hasta he terminado un libro.

- No, podría ir contigo sin ningún problema- Esbozo una pequeña sonrisa y el extiende su mano para que la tome. - Espera, debo ir por un abrigo.- De pronto por la puerta aparece uno que combina muy bien y una manito pequeña lo extiende mientras me hace la seña de pulgar arriba.

Me quedo sorprendida por la velocidad de reacción de Ginny y por sus ansias aún más grandes que las mías en este momento y escucho un bajo sonido que parece un risa, y es de Draco. Es un sonido que lo voy  a guardar siempre, últimamente ríe más de lo que lo he visto hacer desde antes de la guerra mágica.

Salimos despreocupados de la sala de la torre de prefectos, tomados de la mano y yo muy contenta. Siento que me miran intensamente y cuando reviso quien es, veo a Josh Benson mirándome con desaprobación. Él es un chico muy intenso, pero no lo conozco mucho así que solo paso de largo ignorándolo. 

- Vamos a romper un poco las reglas, espero que no te moleste.- 

- No deberíamos, nos podrían expulsar.-

- No pasa nada si nadie se entera-

- Pero que es lo que...- siento que se me remueve un poco el estómago y de pronto, ya no estamos en Hogwarts.

- Espero que te guste lo que he preparado- dice con una sonrisa tímida como esperando que eso me distraiga y no lo mire mal.

- Es que, ¡Draco! no deberíamos salir de la escuela. Es inconcebible que hagamos esto y- Con un movimiento rápido me toma de los hombros y quedo embobada con lo que veo. Es bellísimo.

Justo debajo de nosotros está el Coliseo Romano, y frente a nosotros una mesa para dos, en una terraza iluminada y llena de margaritas de colores rosa y celeste por todo lado. Me tiende de nuevo su mano y no negaré que ese gesto me fascina. La tomo y me pone una pequeña caja en las manos mientras me acerca al borde de la terraza. No la abro en ese momento porque estoy disfrutando lo que sucede en este instante.

Lo miro y él tiene una sonrisa dulce, la devuelvo y me acerco más a él, estoy a punto de preguntar algo cuando simplemente suelta.

- Il mio cuore è per te- dice con un tono de voz muy suave. Y casi me he derretido al escucharlo hablar italiano.

- No sé porque lo hice, solo sentí una necesidad de tener algo así contigo.-

Mi corazón da un pequeño vuelco, me siento muy feliz en verdad, y las ganas de besarlo solo aumentan cada vez más.

- La frase quiere decir-

- Mi corazón es para ti- digo sonriendo- Sei tutto ciò di cui ho bisogno-

Me mira sorprendido, quizá no sabía que entendía italiano. Pongo mis brazos alrededor de su cuello y él me abraza por la cintura. Esta vez no dudo, me acerco más a él

- Gracias, nunca pensé que alguien tendría un detalle así conmigo- 

- Pero ya estoy yo aquí, ya sabes, siempre original y único- 

- Nunca puedes dejar tu orgullo de lado-

- Solo por ti, mi pequeña come libros.-

Me acerco para besarlo y de pronto me suelta y se aleja, quedo extrañada, no entiendo por qué lo haría.

- Entonces deberíamos comer.- Me mira y cruzo mis brazos, eso ha dolido un poquito. Me limito a asentir la cabeza, me doy la vuelta para tomar asiento y siento su mano alrededor de mi muñeca mientras me jala. Pone su mano detrás de mi cabeza y me besa mientras su otra mano va a mi cintura. 

Confundida le sigo el beso de una manera lenta, tal como él lo ha empezado, siento que estoy inclinada hacia atrás pero el me sostiene así que solo pongo una mano en su pecho y la otra en su cabello.

El beso es suave, tierno, lo suficientemente lento. Es simplemente hermoso. No sé cuanto tiempo hemos llevado así, quizá muy poco pero ha parecido  una eternidad. Una maravillosa eternidad. Siento un parpadeo fuerte de una luz y nos separamos despacio, me ayuda a recomponerme y veo una cámara mágica, ha tomado foto de nuestro beso con una excelente vista detrás. 

Sin despegarse por completo de mi, ríe y suelta

- Eso ha sido por lo del otro día, pero te he visto ponerte desanimada y no pude contener más la broma- 

Me da un beso corto en la comisura de los labios, y se aleja hacia una silla para hacerla hacia atrás.

-Ahora sí, a degustar un poco de comida italiana en este romántico ambiente italiano-

Sonrío demostrando al mil mi felicidad y tomo asiento, lo veo acercarse al otro lado de la mesa y me toma otra vez de la mano, como si hubiera sido planeado, un sommelier se acerca con un vino rosé en la mano. Esta experiencia de servicio tan muggle me parece divina y más aún por estar con el que yo ahora considero el amor que quiero tener para siempre. 

Veo al mesero traer un carpaccio de carne con burrata al pesto y me emociono. Italia definitivamente es mi país. Siento una dulce mirada sobre mi y el gris y avellana de nuestros ojos se encuentran otra vez, cada vez más llenos de amor.

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⏰ Última actualización: Dec 08, 2022 ⏰

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