Ay

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Me sabes a gloria de fiestas prematuras y al vaso de hielo mojado...
a madrugadas sin amores ni abrazos rotos,
colchones inexistentes y frío apagado

Te culpo de mi inagotable imaginación desnuda, y el miedo de aquellos días de excusas vacías.
Te culpo de la falta de argumentos por no tener razones de más, ni de menos.

Hay menos tiempo en el querer que en el olvido,
hay escombros en el armario y ceniza en tus labios.
Hay música en todos los silencios...

Ay... por haber querido

Por haber querido...
Por haber querido me queda el orgasmo en los dedos,
el cuerpo castigado,
me queda el sábado lento y un domingo más amargo...

Ay de los días aquellos de tus huesos en mis huesos, ay...
ay lo que nos gritábamos tan cerca,
lo que callábamos tan lejos,
Ay de tu figura esbelta,
ay de los recuerdos quemados

Ay de ti, ay de mí
que por querer ser lo fuimos todo
y por ser, ahora, ni somos.

La inmarcesible limerencia de lo inefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora