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Como era costumbre, Vante se había puesto a cantar una hermosa canción que le había enseñado su tío Hoseok. Su voz salía clara y fresca, y, sin embargo, sentía su corazón un poco triste y vacío. 

Últimamente, esto le sucedía con frecuencia y la verdad, es que no sabia el porque de ese sentir. Tenía a sus tíos que lo amaban y lo consentían demasiado, si bien, no conoce a sus padres y no tiene ningún recuerdo de ellos; pero sus tíos siempre le decían que sus padres lo amaban y aunque no estuvieran con él, siempre cuidaron de su bienestar, Vante desconocía la razón del paradero de sus padres, siempre le preguntaba a sus tíos sobre la muerte de sus padres, y sólo los padrinos mágicos evitaban el tema. 

Soltando un suspiro, cerró los ojos y se puso a soñar. Como ya había mencionado, el chico quería muchisimo a sus tíos, siempre tan buenos y generosos; amaba el bosque y los animales que en él vivían, pero siempre había una pregunta atormentando su cabecita. 

¿No llegaría el día en que encontrase un amigo, joven y guapo? ¿Y por qué no un príncipe que llegase al galope de su cabello, pusiese pie en tierra y que inclinándose ante él, le dijiese: "Yo también he soñado contigo"?

¿Era acaso mucho pedir? 

Necesitaba un amigo con quien hablar, aconsejarse, reír y llorar juntos, pero en el bosque no iba a encontrar a alguien así y el chico lo sabia, sólo había árboles, plantas, animales y demás, obviamente no iba ser amigo de un amigo y platicarle sus problemas. 

Vante no podía imaginar que, apenas a unos pasos de distancia, un caballero se había detenido realmente para escuchar una canción tan hermosa, una voz tan pura y calmada. Y aquella persona que cantaba como un ruiseñor no podía estar muy lejos. 

El caballero había galopado desde el amanecer a través del bosque. La seguridad que tenia el azabache en sus manos al tirar de las riendas, la firmeza con que apoyaba los pies en los estribos, impulsaban a su caballo a unas carreras tan veloces que hacían temblar a su padre, hermano y amigos.

"Eres un caballero y príncipe muy valiente, hijo mio. Pero no seas temerario. ¡Con un caballo, nadie está a salvo de una voz o de una caída!"– le había advertido su padre una vez que lo había visto regresar del pueblo junto a su hermano mayor. 

Pero Jungkook sólo se había reído con cierta presunción e, incapaz de contener su fogosidad y su audacia, trataba de franquear con su cabello cuantos obstáculos se le presentaba en el bosque.

Se preguntarán: ¿Qué hace Jungkook, el príncipe de Busan, en el bosque en el reino de Daegu? 

Su padre GongYoo, quería ir a visitar a su mejor amigo, el rey Dongju; quien siempre se encontraba triste, y la reina ni se diga...Jiwoo nunca sonreía y hablaba lo necesario. Jeon ignoraba la verdadera razón, pues nadie había querido ensombrecer su juvenil alegría con drama tan terrible, aunque se daba una idea; puesto que en su cumpleaños, su padre mencionó algo sobre el príncipe. 

Su hermano también había ido con ellos. El azabache sabia de sobra que se acercaba la fecha para que el príncipe de Daegu regresará a su pueblo y a sus padres, pero no tenía la certeza de cuando, y a su regreso, iban a comenzar los preparativos para la boda. 

No se sabia con exactitud, si cuando se casara con el príncipe, iba a quedar como Jeon o como Kim, por que era lo único que sabía Jeon, que el príncipe tenía de apellido el Kim pero desconocía el nombre. 

Tal parece que Jeon no sería, por que en su reino, su hermano ocupaba el apellido, así que tal vez seria Kim. 

Pero, ¿a caso importaba? 

El Principe Durmiente •KookTae•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora