Hay una estrella en el cielo que te guiará hasta tu alma gemela.
Siempre notarás su brillo, pero solo avanzará hasta que ambos estén listos para conocerse.
Pero... ¿Y si en el cielo no es capaz de ver algún brillo distintivo? Tal vez esa estrella ni...
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Succionaba su miembro con cierto desespero mientras el collar que envolvía su cuello era tirado con algo fuerza haciéndole perder el aire por segundos, tan solo para que continuara su labor con más esmero; Porque más allá de ahogarse y resultarle molesta la falta de oxígeno, ser domado de esa manera le excitaba tanto que poco le importaba verse dócil frente aquel que tenía el control sobre él.
Y eso, lo sabía su jefe perfectamente.
Aun que, en ese momento, prefería llamarlo Amo.
— Vamos cachorrito, ¿Acaso no quieres tu premio? — Con su mano retiró su miembro de la boca de su ahora sometido empleado, se inclinó hacia él a la par que jalaba más de la cadena con la que llevaba el control de la situación para levantar al chico que llevaba ya un par de minutos de rodillas frente a él, acercándole lo suficiente para rosar y lamer sus labios, sintiendo su aliento golpeando su rostro debido a sus jadeos— Si no te esfuerzas no volveré a llamarte.
— Eres un maldito...— Apenas pudo responder mordiendo el labio inferior del albino ya que poco después y con un algo de brusquedad fue devuelto a su posición inicial demostrándole con aquel gesto el lugar al que pertenecía en ese momento; En su sano juicio no dejaría que alguien lo tratara de esa manera, pero para su mala suerte justo él conocía su debilidad. Y a pesar de eso, le gustaba.
— No, no, Inosuke sabes que hablo en serio ¿Verdad? — Estiró su pie hasta su miembro resaltando sobre la única prenda que le cubría y comenzó a frotarlo un poco, sonriendo al notar el cuerpo del de puntas azuladas temblar — Dejaré de buscarte como la última vez, tendrás que venir y humillarte de nuevo, pero nada te asegura que te aceptaré de vuelta. — No era la ultima amenaza que le daría, estaba consciente de ello, después de todo no era la primera vez que se juraban que ese tipo de actos no volverían a pasar entre ambos y aun que se intentaran ignorar en algún punto uno de los dos tenía que sucumbir ante el otro tan pronto se miraran a los ojos. — Así que continúa chupando.
Gruñó, pero de cualquier manera obedeció tomando de vuelta aquel falo entre sus manos antes de comenzar a engullirlo de nuevo. Le gustaba y odiaba a la vez su capacidad de aguantar tanto; Todo dependiendo de en que fase se encontraran.
Si lo estaba cogiendo le gustaba, pero justo ahora lo odiaba al verse incapaz de hacerle terminar a pesar de succionar con constancia su glande, las caricias que repartía por toda su extensión, además de meterlo por completo a su boca permitiéndole llegar hasta su garganta a pesar de lo incomodo que resultaba ser ahogado de esa manera.
— Es suficiente — De nuevo volvió a apartarlo, soltando su correa para dejarlo libre... tan solo por unos instantes — Sobre el escritorio — Ordenó mientras el mismo aflojaba su corbata y abría su camisa frente al de puntas azuladas quien observó con atención aquella escena antes de ponerse de pie y acomodarse recargando su peso sobre la fría madera dándole la espalda, pero total vista a la parte que le interesaba.
