Hay una estrella en el cielo que te guiará hasta tu alma gemela.
Siempre notarás su brillo, pero solo avanzará hasta que ambos estén listos para conocerse.
Pero... ¿Y si en el cielo no es capaz de ver algún brillo distintivo? Tal vez esa estrella ni...
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Ni siquiera respondió y entre sus manos tomó el rostro de Sanemi para acercarse a él y besarle intentando ser claro con eso, ni siquiera el entendía sus sentimientos, pero en sus constantes crisis nocturnas se dio cuenta de que se había vuelto dependiente del albino de buena o mala manera.
Sanemi le correspondió de inmediato, abrazándolo más contra su pecho para poco después sentir como el de puntas azuladas se separaba solo para colocarse sobre de él, manteniendo el ritmo lento del beso, bajando una de sus manos por su pecho para desabotonar su camisa y abrirse paso entre esta.
Sus besos bajaron por su cuello, comenzando a mover sus posaderas que se encontraban justo sobre la entrepierna de Sanemi en un intento de fastidiarle y provocarle al mismo tiempo, al final era lo único que podía ofrecerle; De inmediato fue detenido por el albino quien en un giro lo dejó esta vez bajo su cuerpo.
Besó a Inosuke con calma, moviendo sus labios a un ritmo lento, había besado a tantas personas hasta ese momento por diferentes motivos, pero ningún beso podía compararse al de ese momento pues intentaba transmitir muchos sentimientos y no solo él, podía sentir los de Inosuke cada vez más presentes al separarse solo para tomar aire y volver a unir sus labios aferrándose a él por su cuello.
Cuando sintió como abría su boca para darle paso inmediatamente introdujo su lengua en su cavidad buscando con desesperación la ajena jugueteando con esta hasta que volvió a quedarse sin aliento. Dio una suave mordida al labio inferior de Inosuke antes de separarse y comenzar a bajar entre besos por todo su cuello. Le agradaban los sutiles jadeos que el menor dejaba salir cada vez que mordía con suavidad su piel y como si quisiera hacer más visibles las marcas que ya en dias anteriores se había encargado de dejar en él, succionó con fuerza sobre estas.
Sus manos eran incapaces de permanecer quietas y ni siquiera pudo percatarse en qué momento había desvestido parcialmente al menor pues de manera inconsciente buscaba su calor, entre besos y lamidas ya había recorrido, marcado su torso incluso llegando más debajo de lo que alguna vez lo hubiera considerado.
Con lentitud retiró la última prenda que le cubría, dejando su ereccion libre frente a él, la atendió un poco con su mano y cuando dio señal de querer introducirla en su boca fue separado por Inosuke quien le apartó con ambas manos.
Con su mano libre tomó las del menor que intentaba sujetar su cabeza para alejarlo y las colocó contra su pecho para someterlo sin ser precisamente brusco; Cuando se aseguró de su agarre era firme volvió a su labor tomando de nuevo la altura hasta su miembro pasando su lengua por toda la extensión del menor sonriendo al sentir el leve temblor de su cuerpo.
— No...no hagas eso awgh...— Mover sus manos para callar sus gemidos le resultaba inútil, no era como si antes el mayor no lo hubiera escuchado gemir o gritar, pero tenerlo justo lamiendo su falo le resultaba vergonzoso.
— Relájate un poco y déjame probarte — Sin detener el movimiento de su mano se acercó de nuevo hasta su extensión, esta vez introduciendo en su boca la punta la cual succionó y rosó de manera constante contra su lengua entretenido en ver cada reacción del menor a quien le resultaba inútil callar sus gemidos.
