Capítulo 16 - "Aléjate de ti mismo."

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Annie: "Tienes que entender que esto lo hago por tu bien, como siempre hice desde un principio."

Ella estaba sentada en tus piernas, tus manos atadas a una silla.

(T/n): "Ya sabes como acaba esto... déjalo ya."

Annie: "Mhm... No eres tu el que hace la manipulación, silencio y cállate."

Annie se acercó a tu cuello y te empezó a hacer chupetones.

Tu no sentiste nada, pero algo dentro de ti te dijo que debías hacer algo.

Viste el cuello de Annie, dejaste de sentir los dientes y la boca, como si se te hubiera dormido.

Simplemente hiciste lo que tu cuerpo te pidió, y mordiste.

Muy fuerte.

Annie te agarró y clavó las uñas. El único sonido que hiciste fueron gruñidos de morder el cuello a Annie.

Con todas tus fuerzas, tiraste con la cabeza al lado contrario del cuello de Annie.

Annie: "(T/n) no! No!"

Podías escuchar unos ligeros crujidos humedos, y de pronto, tu cabeza con toda la fuerza acumulada salió disparada hacia la izquierda, sintiendo en tus dientes un grueso trozo de carne.

Annie comenzó a regurgitar en su propia sangre, el chorro del agujero del cuello manchandote la cara como si de un sifón tratase.

Pero tu cara se mantuvo seria en todo momento, no cuestionabas nada de lo que estaba sucediendo, ni de porque Annie estaba viva y volvías a estar atado en su sótano.

Sentiste que tu pierna se aligeraba, y escuchaste el sonido de un cuerpo cayendo al suelo.

Miraste a Annie, que estaba convulsionando en el suelo mientras se iba desangrando lentamente.

Con asco interior, escupiste el trozo de carne de tu boca como si de un escupitajo con moco se tratase.

Mágicamente las cuerdas que te mantenian atado a la silla se debilitaron, y sin ningun tipo de molestia te levantaste.

Dentro de ti sentiste desatisfacción, querías descansar y desahogarte de toda esta miseria que llevas aguantando todo este tiempo.

En tu mano derecha apareció un bate de beisbol.

Annie estaba muerta, pero sus ojos estaban mirándote, como si pidiedad te pidieran.

Pusiste la mano izquierda en el mango del bate, y lo levantaste en el aire.

Lo dejaste caer en su cabeza.

Al golpear, un leve crujido sonó, y sangre como de un río salió de su frente.

Repetiste una y otra vez, hasta que simplemente no pudiste aguantar más.

Era completamente irreconocible, ni siquiera parecía humano.

Está claro de que con la poca fuerza que has hecho, es imposible destrozar el cráneo de una persona a esos niveles.

O acaso no eres capaz de reconocer en lo que te estás convirtiendo?

Sé que duele.

De pronto despertaste, una gota fría de sudor cayendo de tu cabeza.

Notaste un fuerte agarre en tu cuerpo.

Miraste a tu derecha y viste a Yang, acurrucada a tí.

Con la mano izquierda te tocaste la cara, tenías puntos de sutura en todas las heridas.

"Otro chico cualquiera" (Harem x Lector Masculino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora