3: Anotaciones y paseos indecentes Pt.1

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ㅡ¿Quién eres? —su voz sonó un poco grave, estrechó sus ojos desconfiado, él definitivamente era el dueño de aquel lugar ¿no? ¿O era yo?

     Mire directamente sus ojos, que parecían una galaxia oscura y peligrosa, mi instinto me decía que lo era. Como posos de aguas negras sus iris llenos de destellos se enfocaron directamente en mi. Su mirada pareció perder todo resplandor después de unos instantes y volvió a susurrar para el mismo, pero esta vez me dio escalofríos de los malos.

—Y-yo? —repetí, al asentir él me dio a entender que el tiempo no era algo que soliera desperdiciar en rodeos—. Yo-o s-so-y —la voz me temblaba. Mire hacia el cielo, bueno, realmente solo mire hacia el techo, las palabras no salían de mi, algo no me dejaba reaccionar del todo y la conmoción me dejo parcialmente dormida mirando a la nada.

    Pasaron segundos o tal vez minutos, quien sabe, hasta que un carraspeo nada disimulado me hizo conectar con la realidad.

    Medie términos con mi estúpida interior, perdón: con mi yo interior. Inhale y exhale antes de darle mi mirada más decidida y segura a ese chico.

    Decidí solo por un momento ser sincera

—No se quien soy —clave los codos en mis costados y abrí mis manos completamente, palmas hacia arriba, incluso me encogí de hombros. Parecía no importarme.

Y contra a lo que creí que haría un chico ''normal'' él solo me dio una mirada extraña.

—Estas loca —afirmó y preguntó al mismo tiempo, pero no había rechazo en su voz, solo curiosidad y duda. Quede más desconcertada, porque yo misma no sabía sí estaba loca en realidad. Tal vez él me conociera y lo supiera, aunque no lo parece.

    Yo soy alguien, estoy segura de eso. Yo, yo no estoy loca; no debo estar loca. Aunque es bastante loco pensar en NO estar loco, dejare de pensar tanto en ello.

Rasque suavemente el puente de mi nariz con mi dedo indice, interrumpí un poco el hilo invisible que conectaba nuestras miradas.

Mi mente parecía empezar a despertar: es que siendo objetiva... esto es de lo más ridículo.

1.No recuerdo mi nombre

2.Aquí hay un chico, el cual es siendo sincera muy intimidante.

3.Él parece no conocerme, lo cual indica que yo tampoco lo conozco. Entonces ¿Que hacemos ambos en esta enorme mansión?

4.Eso sin mencionar que hay en algún lugar del interminable corredor una tenebrosa sala, que parece ser de una época antigua, descuidada, destruida y polvorienta. La cual genera en mi una apatía enorme.

5.Un par de ojos negros me analizaban sin disimulo.

6.Una cosa peluda esta arrimada en mi tren inferior, envolviendo mis pies totalmente.

—Maau —maullé con un ronroneo. Oh, espera, eso no fui yo. Mire dudosa hacia abajo y lo vi.

¿Un gato?

***

   No se como se supone que debería ser esto, al igual que tampoco se quien soy. ¿Quien soy? Me preguntaba a mi misma, pero una pared hubiera dado más respuesta que la que me dio mi mente: ninguna. De hecho, por muy extraño que sueno le pregunte a una pared, aunque esta decidió ignorarme, claramente.

    Hace unos segundos mis dedos acariciaban la suavidad y firmeza de una finas hojas. Repase en mi mente líneas aleatorias que leí en "Misterios de la mente", un libro que no decía nada sobre el porque de la ausencia de mis recuerdos, tampoco esperaba que dijera algo específico sobre ello. Sin embargo, dentro del ejemplar habían varias hojas sueltas totalmente blancas. La blancura en el papel parecía llamarme, decidí escribir en él para organizar los pocos restos de lo que queda en mi mente.

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⏰ Última actualización: Jul 31, 2022 ⏰

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