Capítulo 3

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Capítulo 3

¿Mi dueño? ¿A qué se referirá?

--A que me perteneces, belleza --responde a mi pregunta interna y juego con mis manos.

--Yo no quiero otro dueño --susurro bajo apretando los puños--, yo quiero ser libre.

--Eso es imposible --espeta separándose de mí, ya no siento el tacto frío de su mano en mi cuello.

--¿Por qué no? --volteo mi cuerpo para verlo-- Sólo déjame ir.

Tensa su mandíbula mirándome con intensidad. Entonces, sorprendiéndome, toma mi barbilla con demasiada brusquedad provocando que suelte un bajo gemido de dolor. 

Lo observo con miedo, sus ojos están impregnados de un rojo carmesí.

--Porque no --gruñe--. Yo soy tu dueño te guste o no. Vete acostumbrando --espeta.

Me suelta con la misma brusquedad para luego caminar y sentarse en el extremo de la mesa más cercano a mi.

Toco mi barbilla con dolor y las lágrimas comienzan a amontonarse en mis ojos.

¿Por qué? Si me estaba tratando con delicadeza y ahora vuelve a gruñirme y lastimarme. Un sollozo se escapa de mis labios y de inmediato siento su vista sobre mí. Rápidamente me seco las lágrimas y me trago el dolor para que no me vea llorar.

Voy a abrir la boca pero el ruido de la puerta abriéndose me detiene.

--Oh, ¿cenando sin mí? --una voz femenina y coqueta resuena por todo el comedor.

--No tengo razón para esperarte --responde seco Jimin mirando hacia la puerta.

Miro hacia la puerta y me asombro al ver la gran belleza que porta la mujer. Es alta, su cabello es rubio y cae en suaves hondas por sus hombros llegando a sus pechos. Sus ojos son negros y brillantes, su nariz es perfilada y sus labios están pintados de un rojo pasión.

Es hermosa...

Su cuerpo atlético y con curvas predominantes está cubierto por un vestido rojo corto hasta los muslos, con un escote profundo y revelador. 

Miro de reojo a Jimin y él también la está mirando, su mirada recorre todo el cuerpo de ella. La miro una vez más, una de sus manos se coloca en su cadera y una sonrisa coqueta surca sus labios. Se ve segura de sí misma, se ve contenta de que él la esté mirando.

Y algo en mi pecho se hace un nudo. ¿Por qué siento esto?

--No seas mentiroso --suelta una risita que por alguna razón me molesta, se acerca a paso seguro--, estás contento de verme --asegura moviendo su cabello.

--¿Qué haces aquí? --inquiere Jimin tomando la copa con un líquido rojo que está frente a él.

¿Será vino o...? 

--Te extrañaba mucho --responde y vuelvo a mirarla, ¿lo extrañaba?

Un sirviente que no tengo idea de cuándo entró, le separa la silla frente a la mía, la otra silla que está al lado de Jimin, y ella se sienta con delicadeza. Cruza sus brazos encima de la mesa y mueve su torso hacia adelante, enseñándole sus pechos a Jimin.

>>Nadie se siente igual que tú --murmura suavemente y luego se muerde el labio inferior.

¿Qué?...

--Mmh... --miro a Jimin y él la sigue mirando con frialdad, toma con su mano libre la barbilla de ella, alzando su rostro y ella relame sus labios-- ¿Acaso lo dudabas? --gruñe bajo y su voz salió ronca, demasiado.

Mi Sangrienta Adicción [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora