Capítulo 7

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Suspiro.

Este lugar es realmente extraño, totalmente diferente a los otros sitios donde me han mantenido cautiva y está lleno de personas igual de extrañas.

Primero el que trajo aquí, Jimin, no sé como catalogar su relación conmigo, en un mismo día puede tratarme "bien" o de una forma que puede considerarse "bien" y después tratarme con frialdad, gruñirme y al final morderme hasta dejarme inconsciente.

Luego esa vampira que tiene alguna extraña relación con él, Hyuna. Esa mujer es peligrosa, mucho, sé que Jimin también lo es y más que ella, pero yo parezco interesarle o serle necesaria —soy su comida, por eso creo que no quiere matarme de inmediato— pero para Hyuna creo que soy una piedra en su camino, una piedra que no le costaría nada eliminar.

Apoyo mi cabeza en la pared y abrazo más mis piernas en una esquina de la habitación.

Esos dos tienen...una relación rara entre ellos, no son pareja —según él— pero hacen cosas.

Me he besado con Jimin y no somos nada.

Niego rápido y frunzo el ceño.

—Esto es diferente —me susurro y pienso.

¿En qué es diferente? ¿Ella es un vampiro y yo una humana-comida? ¿En eso radica la diferencia?

>>No es tan diferente... —otro suspiro escapa de mis labios.

La puerta de la habitación se abre de repente y miro rápido.

—Buenos días señorita —saluda la señora Kyo Mi con una sonrisa mientras carga un botiquín.

—Buenos días —saludo y me levanto.

Ella me observa en silencio durante unos segundos. Seguro se cuestiona porque estaba sentada en el suelo, sus ojos y rostros muestran curiosidad, pero no pregunta nada.

—He venido a revisarle los pies —indica y se acerca, me siento en la cama—, he tocado la puerta varias veces pero supongo que estaba concentrada en sus pensamientos —sonríe y se detiene frente a mi— ya han pasado unos días, deben encontrarse mejor —explica, refiriéndose a mis pies, con una sonrisa en su rostro y solo asiento.

La señora Kyo Mi se agacha frente a mí y toma mis pies con cuidado, me quita los zapatos suavemente para dejarlos a un lado. Miro abajo, están cubiertos por unas gasas blancas.

Ni me acordaba de esto.

Supongo que es normal, no he tenido mucho tiempo de pensar en mí durante estos días.

>>Están casi curados —dice con alegría y abre el botiquín para sacar un recipiente blanco—. Esto es una crema —indica abriendo el recipiente, mostrándome una crema blanca— , ayudará a cicatrizar y no te dejará marca.

Sonrió suave.

—Gracias... —agradezco de todo corazón, estoy muy agradecida con ella y no me cansaré de repetirlo.

La señora niega con una sonrisa y aplica la crema suavemente sobre la piel, cubriendo bien cada herida. Luego toma una gasa blanca limpia del botiquín y envuelve mi pie con ella, teniendo cuidado de no apretar mucho.

Siento mi corazón calentarse.

Hace mucho tiempo que no recibo un trato como este, tan suave y con preocupación, con cuidado de no dañarme, como si fuese preciada.

Un sollozo escapa de mis labios y los aprieto de inmediato. Alzo la vista a la señora y me mira con un brillo de preocupación en sus ojos.

—Señorita —susurra—, lo siento mucho —se disculpa rápido, deja las gasas para prestarme su atención— ¿Le dolió mucho? —inquiere con cuidado y otro sollozo sale, niego con la cabeza.

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⏰ Última actualización: Aug 05 ⏰

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Mi Sangrienta Adicción [Park Jimin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora