Los días rápidamente se transformaron en semanas y las semanas pronto se volverían un mes. Un mes era lo que llevaban navegando entre aguas calmadas por el amplio océano. Selene y la Alianza navego por los cielos sin orillas detrás del sol y la luz de la luna.
De las altas colinas del anochecer donde hay luces manantiales de plata las alas del viento los llevaron, como una luz errante, mas allá de un mundo que ahora se consumía por la oscuridad. Entonces selene se voltio deseando encontrar otra vez la luz del hogar que alguna vez tuvo. navegando entre sombras y ardiendo como una estrella solitaria fue por encima de las nieblas como fuego distante delante del sol, maravilla que precede del alba, donde correr las aguas del gran océano.
"Madre" la voz apagada de su hermosa niña la llamo desde atrás de ella
Selene se voltio, dándole la espalda a la popa en la cual estaba apoyada, dentro de poco el alba llegaría y el sol se levantaría una vez mas. el aspecto de Eve denotaba cansancio pero era ocultado por una mascara de determinación y terquedad.
le recordó a Michael
"que pasa mi niña" salió como un susurro de los labios de Selene, como una vieja de hoja seca que por fin cae de un árbol tras el final de sus días
"¿Estás bien?" Saliendo de su estupor por la voz de su única hija y su hija híbrida, la mirada de Selene se volvió hacia donde estaba la joven adolescente. El cabello largo y negro caía sobre los hombros de Eve, enmarcando el rostro de la joven mientras la luz proyectaba sombras sobre su tez pálida. Ella favorecía a Selene de muchas maneras. Tan bien como lo hizo Michael.
"Por supuesto." Fue todo lo que ella tuvo que decir, una sonrisa vacilante brillando en los labios de Selene mientras se acercaba para saludar a su hija. "Sólo de pensaba"
Una pequeña sonrisa triste adorno los labios de su hija cuando la joven híbrida se acerco hasta estar al lado de su madre. Aunque nunca conoció a su padre, Eve podía decir que la mujer que tenía delante había amado mucho al hombre. Sin embargo, tenía que admitir que David era el único hombre al que fácilmente podía llamar padre en lugar de Michael. Él había hecho tanto por ella. La salvo. Salvó a su madre. Protegidos ambos en su momento de necesidad.
De haber sido cualquier otra persona y ella le habría arrancado la cabeza de los hombros antes de que pudieran siquiera poner una mano sobre su madre.
Tanto ella como David eran del tipo protector. Ambos sabían exactamente por lo que había pasado Selene y los oscuros horrores que había visto a lo largo de los años. Los oscuros misterios y secretos que la vampira mayor guardaba en lo más profundo de sí misma. Solo esperaba que la mujer que tenía delante aprendiera a perdonarse a sí misma en lugar de culparse vergonzosamente por la carnicería que había ocurrido recientemente y el deceso de David.
"Mamá, ¿Cómo es que nunca le diste a David la oportunidad de amarte a pesar de que te preocupas por él como lo hiciste con mi padre?" Preguntó la joven híbrida, colocando su cabeza en el hombro de su madre. Era un lugar en el que podía sentirse segura. Un lugar al que no tenía que temer si alguna vez había perdido a la mujer como lo había hecho con el hombre que la había ayudado a concebir años antes.
El silencio llenó el barco. Los únicos sonidos audibles que se podían escuchar eran el sonido de su respiración y el choque del agua que golpeaba contra el barco.
Era una pregunta que Selene siempre se hacía. ¿Por qué nunca le dio una oportunidad al sangre pura? ¿Era miedo? De perderlo de la misma manera que perdió a Michael. ¿O fue la vacilación de dar el siguiente paso para poner fin al duelo por el que había estado pasando después de perder a todos los que alguna vez amó?
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Un nuevo comienzo
Science FictionLa aparición de Eve es un regalo para Selene. Lo único que le queda de su único amor verdadero, el híbrido Lycan con el que tuvo un hijo: Michael. Un recuerdo pasado hace mucho tiempo sellado que Selene tiene miedo de recordar. Pero con la ayuda de...