Salí de la ducha más relajado y aun procesando lo que pasó hace algunas horas, cuando estaba doblando mi jean se cae el dildo que se encontraba en el bolsillo de atrás, lo recogí recordando absolutamente todo lo que había pasado hace horas, lo guarde en mi mochila para asegurarme que nadie lo encuentre, me acosté con mi diario negro por el cuero que nunca se pela. Al otro día me levanté temprano ya que mi madre me había anticipado que iríamos a la escuela para la matriculación e inmediatamente entrar a clases, supongo que no había problema si entraba a unos cuantos meses de terminar el año escolar, fuimos tranquilamente siendo las 7:12 a.m, entramos a la escuela tomando las escaleras para ir a la oficina del sub-director, al entrar encontré al típico sujeto que habla de forma diplomática y el tan común traje que llevan la mayoría de esta autoridad escolar. Nos llevó más de media hora el trámite de matrícula para que una hora después me den la orden de ir a la clase en la cual los profesores rotan de salones, mi aula era el 4° C al cual entré ni bien vi que el profesor salió del salón, entré desapercibido ya que todos estaban afuera haciendo alboroto, dejé mi mochila en el pupitre de atrás ya que no había ninguna mochila que me haga pensar que alguien mas estaba en ese lugar, me senté y saqué mi celular para escuchar música, al poner la playlist aleatorio sonó Faint de Linkin Park, estaba viendo los apuntes en la pizarra de la clase anterior mientras la escuchaba, cuando veo la puerta de la nada entra Arturo mi vecino, se acercó a saludarme.
- Hola Adrián, ¿Cómo estás? – Tan sonriente como ya lo conocía
- Estoy bien, justo andaba escuchando música hasta que el profesor venga al salón, ¿Tu qué haces aquí? – respondí tan un poco cohibido
- Pues mi salón está al costado, así que me verás siempre por el pasillo de afuera o entrando por si falta alguna silla – tan amable como el primer día
- Ah! Joder... entiendo, estoy un poco desencajado, supongo porque no conozco a nadie en todo el colegio, bueno... aparte de ti – miré a todos lados mientras se lo decía
- No te preocupes, ya te iras adaptando – me lo dijo con una gran seguridad
- Gracias por la seguridad – Respondí tan distraído por la música
- Bueno... regresaré a mi salón, el profesor debe estar en camino, cuídate – me dió un beso en la mejía al despedirse
Cuando Jorge salió del salón, Martina entró con una chica más vendiendo alfajores, su método de ellas para venderlas era la alegría que derrochaban, cosa que no va conmigo porque me decían que era medio serio, pero bueno.... Todo iba bien hasta que me vió con su típica mirada nerviosa como el primer día que la conocí, su cara de ternura por más que estaba enojada o avergonzada conmigo seguía siendo la misma, levanté la mano para comprar uno porque era los que me hacia mi abuela, la recordé tanto en ese momento que fue difícil no probar un alfajor hace mucho.
- Hola... me vendes un alfajor, por favor – le dije un poco tímido
- Hola... si claro – respondió algo tímida
- Gracias – le contesté mientras le daba el dinero
- Gracias a ti – se notaban sus nervios
Luego de eso se fue porque tal vez seguía con la vergüenza encima, cuando comí el alfajor recordé algunos momentos que compartí con mi abuela, simplemente estaba rico, disfruté cada mordida dí mientras escuchaba Doubt de Twenty One Pilots. Justamente al terminar mi alfajor el profesor de Matemáticas entró y a su misma vez una chica que resaltaba mucho del resto porque tenía unas pulseras con puntas de metal, que acompañaba su labial de color negro y su mirada tan de "mierda, tengo ganas de morirme", se sentó al lado de mi pupitre de golpe haciendo sonar exageradamente la silla, mientras el profesor alistaba las hojas de apoyo para la clase de ese momento, me saqué los audífonos para no tener problemas.
Antes de guardar mi celular vibró, era un mensaje de mi mamá diciendo que la documentación de mi matricula estaba completada y que irá al trabajo, que no la espere para cenar porque llegará tarde, la chica miró mi celular y me miró a mí, quedé viéndola también totalmente confundido, me levantó una ceja pero no sé cuál era su intención.- ¿Quién era? ¿Tu novia? – Lo dijo entre seria y sonriente
- Emmm... no? No tengo, pero bueno – Contesté un poco nervioso
- Si claro, casi todos los chicos ya tienen novia, no dudo que tu tengas – Usó un tono serio
- No tengo y punto, ahora escucha la clase – lo dije mientras miraba al profesor "atentamente"
- Hablas raro, ¿Que te pasa? – Habló en forma sarcástica
- No hablo raro, tengo un acento totalmente neutro y no sé si cuenta como si te diste cuenta que no soy de este país – Respondí con un tono un poco fuerte para notar el corte de la conversación.
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Ahora no, Cállate
Подростковая литератураAdrián se muda a un país nuevo para él, llega por motivos de trabajo de su madre, ahí conoce el placer y el amor. Deberá decidir lo más antes posible, todo depende de Adrián mientras siga en un tipo de triangulo amoroso