¿Hay algo después de Jennie Kim?
Lalisa no lo sabe, pero debe descubrirlo.
"Porque después de ti, mi lobo se siente olvidado y maltratado. ¿Cómo olvidar lo que siento?"
Handong siempre había sido el tipo de Alfa que lograba causar el sentimiento de admiración en la joven tailandesa, su cabello de tonos azules junto a unos orbes celestes que parecían no tener maldad acompañados de una pálida piel y tono de voz ronco. La joven de origen chino se encontraba observando con aburrimiento a la cachorra que tenía por amiga, Lisa estaba en su cama jugando con las mangas de su sudadera haciendo que la mayor se cuestionara por la jerarquía de su amiga.
—Estoy pensando seriamente en ir a partirle la cara a la peli rosa esa. —confesó la peli azul rompiendo el silencio de la habitación— Fue a buscar a Jisoo después de golpearte, por alguna extraña razón, su Alfa se negaba a ir con quien se supone que es su Omega y fue por Kim.
—Es la primera vez que hago este tipo de cosas. —la alfa menor rompe el silencio dejando que sus ojos se conecten con los celestes.
—¿Qué cosa? ¿Hablar? ¿Golpear a otro Alfa?
—Sentirme de esta manera. Es... Nuevo para mí y siendo honesta me molesta demasiado, nunca he dejado que mis instintos hicieran de las suyas, pero cada que Rosé impregna su aroma en ella es desagradable.
El lobo de Lisa gruñe dejando en claro que esta de acuerdo a esas palabras, para todos era sorpresa ver como el grupo conformado por aquel cuarteto se desvanecía por la relación de dos integrantes de este. Handong golpeo con sus dedos la frente de la menor, su lobo comenzaba a rasguñar dejando en claro que debía retirarse de aquel lugar.
—Vamos a correr. —decreta la mayor ignorando el rostro indignado de la menor.
—¡Te acabo de abrir mi corazón, Handong!
"Si tan solo pudiera abrazarte y caminar contigo"
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Las pisadas que resonaban en el suelo llamaban la atención del resto de jóvenes que se encontraban transformados, lo único bueno de estar en una universidad privada era esa pequeña libertad que se les otorgaba a los alumnos, un pequeño bosque artificial donde podrían ser su lado animal sin ningún problema.
Algunos Alfas peleando entre ellos en un juego amistoso buscando dominar en el otro dejando claro que eran más poderosos, uno que otro Omega que jugaba de manera solitaria y en ocasiones con su propio Alfa. Lisa se encargaba de ver como el lobo blanco frente a ella se movía dando pequeños saltos, a pesar de que Handong fuera una Alfa la diferencia se tamaño se lograba percibir.
Handong tenía los ojos azulados mismos que se perdían entre la nieve que era su pelaje, sus colmillos no eran tan grandes, sin embargo, eran lo suficientemente filosos como para dejar una mordida de considerable peligro. Su aroma a frutos secos era más fuerte debido a la transformación haciendo que algunos Omegas voltearan embriagados de aquel aroma.
Por su parte la pequeña tailandesa se movía en sigilo observando atentamente a esa Alfa que parecía despreocupada, el lobo de la joven era una especie de combinación que llamaba la atención, mientras sus patas y parte de su estomago era totalmente blanco, su lomo junto con su cola y hocico eran totalmente grises al igual que sus ojos. Su aroma se perdía con facilidad pues el chocolate se combinaba fácilmente con el ambiente.
