Lo que yo quiero

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Yo no quiero un novio, no quiero un amor de verano, no quiero alguien pasajero. Yo quiero un solo amor en mi vida, una sola persona. Algún día quiero casarme y jamás tener que preocuparme por divorciarme, quiero encontrar al Padre de mis futuros hijos, y jamás tener que preocuparme de que no recibirán suficiente amor. No quiero amores pasajeros, no quiero aprender de diferentes personas, quiero una sola persona con la que aprender. Quiero amar, quiero ser de uno y que uno sea mío. Quiero sentirme amada y valorada todos los días de mi vida. Quiero despertarme todos los días con una sonrisa en mi rostro, y ver los ojos responsables de mi alegría. Quiero saber que sin importar dónde esté, estará esperándome, respetándome y amándome. Me quiero casar, quiero vivir toda mi vida junto alguien más. Quiero compartir mis tristezas y alegrías. No quiero fiestas los viernes, quiero películas los domingos. Quiero un perro, un gato, un loro. Pero lo quiero todo al lado de alguien que solo me quiera a mí.  Eso es lo que yo quiero, y sé que en estos tiempos nadie quiere eso, nadie quiere compromiso. Nadie se siente listo, nadie quiere compartir su tiempo, su vida. Me dicen que soy muy joven para eso, que me falta vivir más. Pero en este mundo tan extenso, ¿No ha de existir uno que también quiera lo que yo quiero? Que quiera vivir más, pero junto al alguien más. Ser una sola carne, y dejar estar solos. Se que soy difícil, ni yo misma me entiendo la mayoría del tiempo, pero, ¿Quién no lo es? Yo solo quiero amar, no por compromiso social, si no para celebrar el amor, porque el amor no duele, lo que duele es la ausencia de él. Y lo que mata es cuando se ama, pero no sé corresponde. Y si todo lo que escribí te parece un mundo de fantasías, es porque no has conocido el amor de Dios, porque el promete justamente esto. Lo cual no significa que sea fácil, pero tampoco es imposible. Si el que reina es Dios en el corazón, es posible. Y yo confió en Dios, y se algún día pasará lo que escribo, porque nuestro Dios otorga los anhelos del corazón, porque Él cumple lo que promete. Y lo único que yo debo hacer es esperar, y sobre todo debo amarlo a Él, porque si no lo amo a Él, no me amo a mi y no podre amar a nadie. Primero hay que aprender a amar a Dios para saber amar a alguien más, porque yo quiero que la persona que me ame, ame más a Dios que a mí, y así tendré la profunda certeza que nuestro amor será inquebrantable, tal como lo escribí, tal como lo quiero.

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