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Kara:

Lena no ha dejado de beber desde que llegamos al club luego de esa desagradable cena. Yo tan sólo deseaba estar a solas con ella para hablar, para resolver nuestra situación, para darnos una oportunidad mas, mi vida es una completa desolación sin ella. Ahora que se que me ama no debería detenernos nada pero como siempre apareció un obstáculo, Javier, se vino conmigo sin invitación, ¿Qué se suponía le dijera? "Ni se te ocurra venirte conmigo yo voy en busca de la mujer que amo y no quiero mas complicaciones". Analice un segundo y si exactamente eso es lo que debí haberle dicho.

Ahora Javier sigue evitando que deje de bailar, quiero ir con ella y hablarle, impedir que siga bebiendo de este modo, no sabe cuanto me duele verla así. Término la pieza que esperaba para al fin liberarme de él e ir hasta donde ella. Pero Javier me tenia una amarga sorpresa estaba a punto de irme de su lado cuando lo veo arrodillarse sobre el suelo, lo mire temerosa de lo que diría.

-¿Qué haces? ¡levántate!

-Kara quiero pedirte que seas mi esposa. No me refiero de inmediato sólo quiero que me permitas amarte, mostrarte un modo distinto de amar.

-No puedo aceptar, y tú lo sabes muy bien. Estoy enamorada de alguien más.- dije segura mirándolo a los ojos. Se levanto y me tomo de las manos.

¿Ella? - pregunto con un tono de voz bastante agrio - mírala no ha cambiado está embriagándose sin prestarte atención y tú deseando amarla - dijo irritado - Y yo deseando amarte a ti - confesó en lo que fue un susurro - por favor acéptame - suplicó con la mirada llena de esperanza pero acceder a su petición era imposible para mi.

-No puedo, de verdad no quiero herirte...

Lo solté y me aleje dejándolo allí botado.

Me acerqué a Lena, a cada pasó que daba mi nerviosismo aumentaba, su mirada me intimido por completo lucía no se como decirlo vacía pero a la vez llena de pena.

Hola - comenté apenada, sabiendo que estaba furiosa por lo que acababa de ver. Me miro intensamente a los ojos un par de segundos...

¿Aceptaste? - pregunto completamente sería y con su mirada aún clavada en la mía.

-¡Claro que no!

¿Porque? - replico secamente, me dejo fuera de si esa pregunta no me la esperaba.

Sabes perfectamente que te amo - me sincere.

-No deberías rechazarlo. ¡acéptalo! Ve con él, seguro te va a saber amar más que yo.

-¿Que dices? ¡Estas demasiado ebria!

-No es ebriedad, es realidad. Vete con él así tal vez yo deje de sentir está tortura que llaman amor.

Es el alcohol quién habla por ti. ¡Deja de beber! - resoplo.

Acercó el vaso a su boca, lo agarré y lo lance al suelo pero sin la suficiente fuerza como para partirlo, me sentía decaída no podía creer que estábamos teniendo los mismos problemas de comunicación y que tal vez Javier tenga razón y en realidad ella no haya cambiado nada. Me miro furiosa.

-Ese maldito licor siempre ha sido un obstáculo entre nosotras.

-No el único obstáculo que yo veo es ese idiota que acaba de arrodillarse ante ti.

Se levanto de golpe para irse, la retuve tomándola del brazo.

¿A dónde vas? - le pregunté con un tono de voz muy bajo, me ignoro y de nuevo intento irse, la tomé con más fuerza.

Déjame ir Kara, no tengo nada que hacer aquí tú ya tienes acompañante. - aseguro con un tono de voz mezclado entre pena e irá (ese tono de irá reprimida que siempre se escapa de sus labios cuando está a punto de explotar). Escondiendo de mí la mirada pues la tenía empañada, estaba a punto de llorar, lo sabía bien y no quería presionarla pero no podía permitir que pensara que Javier y yo teníamos algo.

El Amor Es Complicado Adap. Supercorp Donde viven las historias. Descúbrelo ahora