Jimin interactuó por primera vez con el señor Min a inicios del segundo curso. Él impartía la asignatura obligatoria de Lengua Coreana III, que antes le había pertenecido a la señora Kim. Al rubio le pareció guapo nada más entró por la puerta, pero se olvidó rápidamente de él con el paso de los días.
Hasta aquella mañana calurosa de septiembre. Tan solo llevaban una semana de clases y el rubio no podía odiar más Lengua. Era un tremendo coñazo ir allí y sentarse durante tres horas para escuchar al señor Min hablar de lingüística, fonética y gramática. Por eso mismo, Jimin estaba teniendo una amena conversación con su mejor amigo Taehyung por lo bajo, ambos intentando no reír demasiado fuerte para que no los regañaran.
Una pena que el señor Min tuviera una agilidad innata para cachar alumnos ruidosos. Ya les había echado varias miraditas por encima de las gafas durante toda la clase, pero los dos chicos parecían tan ensimismados en su conversación que ni siquiera se habían dado cuenta. Pasada media hora, le colmaron la paciencia.
—¿Por qué no hacemos una pausa? —el profesor se recostó sobre el escritorio, en lo alto de la tarima de la clase—. Me encantaría que el señor Park nos cuente aquello tan divertido de lo que habla con el señor Kim.
Los dos aludidos se callaron de golpe, Jimin dejando de hablar y Taehyung borrando la sonrisa de su cara. Los ciento y pico de alumnos presentes en el aula los observaron, algunos hastiados y otros con burla.
Jimin pellizcó a Tae por debajo de la mesa. El chico de cabello color caramelo se había quedado tieso como una piedra, esperando que fuera el rubio quien los salvara de la situación.
—N-no estábamos hablando —mintió en un murmullo, acomodándose la camiseta blanca de mangas anchas. El señor Min le dedicó una mirada fría, con los ojos gatunos entrecerrados y los labios unidos en una línea fina—. S-solo comentábamos algo de... la lección...
—Entonces interpreto que dije algo que los hizo reír —el señor Min no le dio tregua—. ¿Se estaba riendo de mí, señor Park?
Taehyung miró a Jimin, con una expresión que decía claramente "la has cagado, Mini". El rubio se puso muy nervioso, las manos le empezaron a sudar y se le hizo un nudo en la garganta.
Jimin tenía una manera de combatir la vergüenza muy característica. El chico era alguien muy abierto y alegre, no les tenía miedo a las miradas y mucho menos a ser el centro de atención, pero en aquel momento la mirada penetrante de su profesor lo estaba llevando rumbo a un ataque de nervios. Lo único que se le ocurrió para evitarlo fue usar palabras ácidas para combatir los ataques del señor Min.
—No —respondió, con la mayor seriedad que le fue posible. Le sostuvo la mirada a Yoongi, que lo instaba a continuar. Lo retaba—. Perdone, señor Min, pero es que su clase es muy aburrida.
Un murmullo se extendió por toda la clase. Yoongi no supo como encajar aquellas palabras, y solo pudo carraspear ante la falta de respeto y la gracia que esta había causado en el resto de los alumnos. Se retiró las gafas de su nariz en un gesto de cansancio y señaló la puerta de la clase.
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Impulsos
FanfictionPark Jimin no puede evitar sentirse atraído por Min Yoongi, su profesor de Literatura, a pesar de odiarlo profundamente. Cuando después de una riña es convocado al despacho del profesor, no espera terminar empotrado contra el escritorio y con la le...