Capítulo 32.

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La pelinegra vio alejarse a Hermione por el patio trasero hacia el lugar donde siempre solían sentarse cuando recién se mudaron a la gran casa. Quería hablar con ella cuanto antes.

— Espera.— James la tomó del brazo ligeramente, casi como si pudiese romperse Pansy bajo su toque.

— ¿Qué sucede?—. Le pregunto mirando los azules de James. No saco la mano de su tacto solo dejo que el calor de él se mezclara con el de ella.

— Se que quieres hablar con ella, pero será mejor que despidas a los chicos. El ambiente está tenso y no quiero que te pase nada.— Murmura sinceramente. Pansy sabe que en ese "Te pase" están incluidas sus sobrinas.

— Tienes razón.— Miro hacia atrás donde Hermione se había sentado en la banca de madera con almohadones que su padre había construido como regalo de bienvenida.— Vamos.— Le señalo con la cabeza.

Pansy regresó hacia la casa donde Daphne seguía bebiendo tranquilamente y los chicos discutían.

— Esto es tu maldita culpa, Ginny.— Regaño Theo.

— Para ti todos tenemos la culpa y tu maldita vida es perfecta. Métete en tus asuntos Nott, estoy cansada de ti.— Harry intenta calmarla pero ella aleja el tacto con un manotazo.— Tu también basta. ¡Es una niña! ¡Una niña que ha sufrido tanto y cualquier momento que puedes le recuerdas a Hermione que no es de ella! ¡Tú más que nadie debes entender ese amor fuera del lazo sanguíneo!—. Draco tomó a Astoria negando con la cabeza, sacándola de la recepción para subir a la habitación de invitados para que su esposa no sufra algo por los nervios de la situación.

— Bajen la voz, por favor.— Pide Luna.

— No, no. Está bien. — Calma Daphne con una sonrisa torcida. — Puse un hechizo silenciador. — Intenta dar otro trago pero Theo aparta el vaso.

— Esto no es un juego, Daphne. Madura ya por favor.— Le señala con el dedo.— Siempre estas comportándote como una idiota infantil.

— No me señales, idiota. ¿Qué es madurar para ti? ¿Tener hijos a los veinte? Sigues siendo un imbécil con mente de adolescente. Soy maduro cuando lo necesito y no tengo necesidad de meterme en vidas que no me pertenecen. ¿La tuya es perfecta? Si lo fuera no estarías jodiendo otras.— Daphne se deja caer en la silla recargándose.

— No entiendo porque el malo soy yo cuando la perra de afuera es la que causó esto.—

— Theo.— Interviene Luna.

— Hey, ten respeto.— James habla por primera vez caminando hacia el frente.— No te expreses así de ella.

— Ahora si quieres ser el héroe.— Harry rueda los ojos.

— No quiero ser nada. Es una mujer y debes tenerle respeto. ¿Te gustaría que yo le faltara el respeto a alguna de ellas?—. Señala alrededor.

— Solo vino a arruinar tu vida también. Estabas feliz con Pansy, las niñas... ¡Solo se metió! ¡Es lo que siempre hace!—. Recrimina.

— ¡No entiendo, Theo!—. Pansy interviene.— ¿Que estás viendo que yo no?

— ¡Que no quiero que sea como mi padre!—. Respira entrecortado.— No todos somos buenos, Pansy.

— No sabes nada sobre ella.— Murmura la pelinegra.

— Tú tampoco y eras su esposa.— Sonríe torcido.— No debiste traerla aquí.— Theo apunta a James.

— Ella toma sus propias decisiones, Nott. Desde que la conocí es así. Fui educado con los mejores valores que me pudo haber dado una mujer y un hombre, mis padres. Ellos siempre dijeron que debes respetar las decisiones que se toman... Eso hago.— James se para frente a Theo.— No quiero ser grosero pero no vuelvas a faltarle el respeto a ninguna mujer en mi presencia porque no quiero ser yo quien te enseñe a respetar.— Suspira.— Lo mejor será que nos vayamos, tienen cosas que hablar además de que no es correcto tener una discusión con niños en casa.

Un matrimonio interrumpido- PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora