Capítulo 25.

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Su respiración estaba atorada en su pecho como sus lágrimas en sus ojos, permitió sus labios titubear acompañado de la primera lágrima derramada. El hombre también lloraba mirando hacia el suelo incapaz de ver a la mujer que había perdido.

— No lo entiendo. — Murmuró. — ¿Por qué estás haciéndome esto? ¿Por qué ahora que estoy mejor?— Sus dedos temblaron. — Mamá por favor. — Juliette se queda en silencio en medio de la sala de estar.

— En algún momento tenías que saber la verdad, hija. — Su voz es débil.— No pude protegerte. Mis malas decisiones del pasado te hicieron mucho daño.

— ¿Lo ves ahora?—. pregunta mirándola. — ¿No lo viste tantas veces cuando era niña?.— Juliette baja la mirada.

— ¿Qué hizo ese hombre?—. Julian habla por primera vez. Hermione lo mira directamente a los ojos. Puede ver el aspecto físico de él en ella.

— No quieres saber eso. No debes saber eso. ¿Por qué volviste ahora? ¿Por qué veinticinco años después cuando no te necesito? ¿Dónde estabas cuando de verdad lo hacía? Esto no puede ser verdad. Es... Es algo de mi cabeza no, no puede estar pasando esto.— Intenta levantarse pero sus piernas no responden. — ¡Te fuiste mucho tiempo!.

— Escúchame, pequeña. No sabia que existías cuando lo supe tenías cinco años. Juliette no me dejo acercarme yo...

— ¡Eso no es impedimento! ¡No lo es! ¡Tampoco me querían cerca de mis hijas y luché por ellas! ¡Me dejaste aunque sabias que pasaba!.— Reclama— Y tú permitiste eso, Juliette. Lo permitiste.— Mira a su madre con dolor.

— No sabes...

— ¡Si, lo sé!—. Exclama.— ¡Cuando eres madre quieres que tus hijos estén bien! ¡Haces todo por ellos! ¡Mira a mis niñas!—. Se señala a sí misma.

— No hay punto de comparación, Hermione.— Juliette se mantiene firme.— No sabes lo difícil que es salir de una relación donde hay maltrato. Tal vez Pansy si lo entienda, tú no.— Hermione se queda en silencio retrocediendo.— No debí decir eso, perdón. — Julian se queda observando la situación.

—Jamás le pondría una mano a mis hijas o a mi esposa. — Sus pies tocan contra el sofá.

— Hiciste cosas peores que golpearla. Y eso también fue culpa mía y de la familia en la que te hice crecer. Debí alejarme contigo pero no podía, era muy difícil. Eran tiempos diferentes. No, no lo entenderías.

— Lo que me hiciste no tiene perdón, Juliette. Me quitaste mi infancia, me hiciste infeliz. Pusiste frente a mí al hombre que me quitó a mi hijo. ¿Y me presentas al cobarde que nunca pudo volver por mí?—. Señala a Julian.— No quiero verte nunca más. ¿Me oyes? No quiero saber porque no volviste a buscarme o porque no me quisiste. Se perdió tu oportunidad hace mucho tiempo.

— Dejame explicarte, por favor, por favor.— Julian intenta acercarse.

— No hay nada que explicar, señor. No me interesa ni siquiera su nombre.— Mira hacia abajo.— Muy tarde.

— Nunca es tarde.— Vuelve a intervenir Juliette.— Eso lo sabes bien.

— ¡No metas a mis hijas en esto! ¡Por tu culpa soy así! ¡Me quitó la confianza en mí misma, me hizo una persona violenta y con problemas con el dolor! ¡Mató a mi hijo y mandó a mi esposa a coma durante dos semanas! Y todo es culpa tuya también. No te mereces que mi hija lleve tu nombre ni tampoco que Florence sepa de tu existencias. No volverás a ver a ninguna y sabrás lo que es estar sola como yo lo supe desde que tenía cinco años.— Sus lágrimas las deja caer.

— Hermione.— Llama el hombre.

— Dejame ir, por favor.— Murmura apurándose a salir de casa. Su corazón duele mucho, no recordaba ese dolor desde la última vez que su padre la golpeó. Camina entre las personas a paso rápido, asegurándose de llegar a un callejón oscuro para poder aparecer en su habitación.

Un matrimonio interrumpido- PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora