Capítulo 3.

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Flashback.

Eran las tres de la mañana y su esposa aún no había llegado del trabajo, eso la preocupaba. Aun habían mortifagos sueltos a pesar de haber terminado con el señor tenebroso, le asustaba que pudieran ir en busca de su esposa.

Decidió esperarla un rato en la sala de estar, cerca de la chimenea, pero el sueño comenzó a ganarle a si que decidió ir a la recamara. Se estaba volviendo normal que llegará a altas horas de la noche.

Hermione siempre puso de excusa el trabajo, pero Pansy a veces lo dudaba. No era como si no confiara en su esposa, pero el aliento de alcohol en su boca y la falta de sus muestras de afecto le hacían sospechar.

Había pasado un año desde la pérdida del bebé y del gran incidente que lo provocó. Aún tenía que ir a terapias para recuperar ciertos movimientos motrices que se vieron afectados con el impacto, pero no le importaba, tenía a su esposa a su lado y eso era suficiente para levantarse todos los días en busca de mejorar. Aunque Hermione estaba reacia a acompañarla a las terapias, eran sus amigos quienes iban con ella. También había dejado de tener sexo con ella o incluso de mirarla si su cabello era corto como siempre solía usarlo, pues de esa manera no cubría la cicatriz que bajaba por su oído hasta perderse en su nuca.

Decidió dejar su cabello largo y eso hizo que Hermione comenzara a mirarla más cuando hablaban, pero seguía sin tocarla. Extrañaba a su esposa, pues desde su primera relación sexual en Hogwarts a Hermione le costaba mantener las manos alejadas de la pelinegra.

Tampoco había besos. Ya tenía que pedirlos o simplemente ser ella quien los dejara en la boca de la Gryffindor.

Se quedó dormida en la enorme cama matrimonial, sintiendo el lado de su esposa frío pues no llegó en toda la noche.

Fin flashback

Se giró en su cama, mirando a su bebé de dos meses moviendo sus piecitos y sus manitas. Soltando soniditos.

Pansy sonrió.

Se habían acabado las camas frías.

— Buenos días mi princesa. ¿Dormiste bien? — La bebé soltó un leve 'uh' seguido de una sonrisa al reconocer el rostro de su mamá. Pansy soltó una risita y se sentó en la cama, jugando con los piececitos de su hija. Juliette llevaba una pijama amarilla de patitos la cual fue un regalo de James cuando nació, bueno, uno de muchos. — Cada vez estás más activa, mi amor. Vamos muy bien, mami está muy orgullosa.— Beso su mejilla repetidas veces, sintiendo como la niña tira de los mechones negros. Se alejó y se levantó para hacer su cambio de pañal para después alimentarla y ducharse ambas, pues había quedado con James para desayunar y pasar el día en el parque y zoológico en el mundo muggle.

— Buenos días. — Llamó el dese la rejilla de la chimenea.

— Buenos días, Bucky. ¿Como dormiste?— Lo dejo pasar y él la abrazo y beso su mejilla a modo de saludo.

— Muy bien. Estaba demasiado cansado de las guardias nocturnas pero anoche descansé de todos los desvelos. — Informo. — ¿Y tú? —

— Igual de bien. No he tenido dolores de cabeza o pesadillas de igual manera Juliette ha comenzado a dormir noches completas. — Le indica que la siga hacia donde se encuentra su hija.

Juliette estaba recostada sobre una colchoneta de bebé con pequeños juegos interactivos que ella solo miraba curiosa y de vez en cuando daba leves golpecitos y soltaba sonidos. Aún era muy joven para ser más activa, pero comenzaba a abrumarse de solo golpear al aire.

— Hola, preciosa. — Saludo. Juliette reconoció la voz de su tío Bucky, moviéndose más descoordinada.

— Está feliz de verte. — Murmura Pansy tomando a la bebé y entregándosela a James.

Un matrimonio interrumpido- PansmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora