Llevo dos días encerrada en casa de Axel tras el encuentro con Luka Petrov, no saben nada de su paradero y Axel esta convencido en que aparecera para intentar hacer daño. Quiere adelantar la boda para afianzar nuestra alianza pero yo me niego a ello. No voy a casarme con él, antes prefiero la muerte. Deberían casarse Enzo y mi padre y dejarnos en paz a nosotros.
Axel entra en la habitación y me mira, me tira una bolsa con ropa encima de la cama y sonrie.
-Creo que eso te quedara bien, cambiate de ropa.
-Tengo suficiente ropa en mi casa- digo.
-No vas a ir a tu casa, no hasta que sepamos dónde está Luka.
-Quiero ir a mi casa y quiero ir ahora mismo- digo furiosa- no eres quien para tenerme aquí retenida.
-Soy tu marido- gruñe.
-No por el momento y menos si puedo evitarlo- digo levantándome de la cama.
-Lo serás muy pronto- dice furioso antes de salir.
Miro la ropa que hay dentro de la bolsa y saco un pantalón negro de cuero y un top rojo de encaje, también hay ropa interior. Voy al baño que hay junto a la habitación y me doy una ducha sin lavarme la cabeza ya que no tengo aquí lo necesario para dejar bien mi pelo.
Cuando salgo me visto y me pongo unos botines de tacón que me ha dejado a los pies de la cama.
Salgo de la habitación y voy hasta la sala, Axel no esta. La ama de llaves, Amelia me mira y sonrie.
-Buenos días señorita, el señor D'angelo esta en el estudio trabajando, ¿quiere que le prepare algo?
-Buenos días Amelia, no es necesario. Mi prometido y yo saldremos a desayunar fuera- digo sonriendo amablemente.
Mi idea es hacerle de estos días que pasemos juntos los peores de su vida. Camino hasta el estudio y abro la puerta sin llamar, Axel me sigue con la mirada, tiene cara de pocos amigos, pero me da igual. Camino con paso decidido hasta el escritorio y lo rodeo, me siento en el escritorio, frente a Axel y le miro.
-Vamos a desayunar fuera- digo mirándole y cierto el ordenador portátil que hay a mi lado.
-¿Se puede saber que haces?- dice agarrando mi muñeca con fuerza y yo intento zafarme de su agarre.
-Sueltame, me haces daño.
-Acabas de joderme una subasta bastante importante- gruñe.
-Y a mi que, tengo hambre. Vamos- ordeno.
Él pone sus manos en mi cadera y tira de mi, antes de que pueda hacer que quite sus manos de encima mia, haciéndome caer sentada a horcajadas sobre él.
-Comeme a mi- dice divertido.
-Eso nunca pasará- niego intentando levantarme pero él me sujeta apretandome fuerte contra su entrepierna, puedo notar su excitación a través del pantalón.
-Serás mía, ambos lo sabemos- dice y lleva su mano a uno de mis pechos, acaricia el pezon a través de la fina tela de encaje y lo pellizca, yo aparto su mano de mi pecho y me levanto.
-Olvidate de que pase algo entre tu y yo- digo saliendo del estudio.
No ha salido como queria, pero al menos le he dejado claro que no caere rendida a sus pies. No soy como el resto de mujeres que mete en su cama día si y día también.
***
Al final Axel se ha dado por vencido y me ha dejado volver a casa tras ver que coger a Luka era algo imposible. Y yo que me alegro. De camino a casa he pasado por el gimnasio para coger mis cosas y he visto todas las llamadas perdidas y mensajes de Marcelo. No le contesto, prefiero acercarme a su casa y hablar con él en persona, estoy segura de que estará preocupado.
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Casada con el hijo de la mafia. [+18]
RomanceBruno Blume y Enzo D'angelo estaban de acuerdo con el matrimonio concertado entre sus hijos para beneficio de ambas familias. Octavia Blume la hija del multimillonario empresario no estaba tan contenta con su inminente boda con Axel D'angelo un mafi...