Capítulo 2.

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Llevo dos días encerrada en casa de Axel tras el encuentro con Luka Petrov, no saben nada de su paradero y Axel esta convencido en que aparecera para intentar hacer daño. Quiere adelantar la boda para afianzar nuestra alianza pero yo me niego a ello. No voy a casarme con él, antes prefiero la muerte. Deberían casarse Enzo y mi padre y dejarnos en paz a nosotros.

Axel entra en la habitación y me mira, me tira una bolsa con ropa encima de la cama y sonrie.

-Creo que eso te quedara bien, cambiate de ropa.

-Tengo suficiente ropa en mi casa- digo.

-No vas a ir a tu casa, no hasta que sepamos dónde está Luka.

-Quiero ir a mi casa y quiero ir ahora mismo- digo furiosa- no eres quien para tenerme aquí retenida.

-Soy tu marido- gruñe.

-No por el momento y menos si puedo evitarlo- digo levantándome de la cama.

-Lo serás muy pronto- dice furioso antes de salir.

Miro la ropa que hay dentro de la bolsa y saco un pantalón negro de cuero y un top rojo de encaje, también hay ropa interior. Voy al baño que hay junto a la habitación y me doy una ducha sin lavarme la cabeza ya que no tengo aquí lo necesario para dejar bien mi pelo.

Cuando salgo me visto y me pongo unos botines de tacón que me ha dejado a los pies de la cama.

Salgo de la habitación y voy hasta la sala, Axel no esta. La ama de llaves, Amelia me mira y sonrie.

-Buenos días señorita, el señor D'angelo esta en el estudio trabajando, ¿quiere que le prepare algo?

-Buenos días Amelia, no es necesario. Mi prometido y yo saldremos a desayunar fuera- digo sonriendo amablemente.

Mi idea es hacerle de estos días que pasemos juntos los peores de su vida. Camino hasta el estudio y abro la puerta sin llamar, Axel me sigue con la mirada, tiene cara de pocos amigos, pero me da igual. Camino con paso decidido hasta el escritorio y lo rodeo, me siento en el escritorio, frente a Axel y le miro.

-Vamos a desayunar fuera- digo mirándole y cierto el ordenador portátil que hay a mi lado.

-¿Se puede saber que haces?- dice agarrando mi muñeca con fuerza y yo intento zafarme de su agarre.

-Sueltame, me haces daño.

-Acabas de joderme una subasta bastante importante- gruñe.

-Y a mi que, tengo hambre. Vamos- ordeno.

Él pone sus manos en mi cadera y tira de mi, antes de que pueda hacer que quite sus manos de encima mia, haciéndome caer sentada a horcajadas sobre él.

-Comeme a mi- dice divertido.

-Eso nunca pasará- niego intentando levantarme pero él me sujeta apretandome fuerte contra su entrepierna, puedo notar su excitación a través del pantalón.

-Serás mía, ambos lo sabemos- dice y lleva su mano a uno de mis pechos, acaricia el pezon a través de la fina tela de encaje y lo pellizca, yo aparto su mano de mi pecho y me levanto.

-Olvidate de que pase algo entre tu y yo- digo saliendo del estudio.

No ha salido como queria, pero al menos le he dejado claro que no caere rendida a sus pies. No soy como el resto de mujeres que mete en su cama día si y día también.

***

Al final Axel se ha dado por vencido y me ha dejado volver a casa tras ver que coger a Luka era algo imposible. Y yo que me alegro. De camino a casa he pasado por el gimnasio para coger mis cosas y he visto todas las llamadas perdidas y mensajes de Marcelo. No le contesto, prefiero acercarme a su casa y hablar con él en persona, estoy segura de que estará preocupado.

Casada con el hijo de la mafia. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora